Manuel Gutiérrez Aragón, Con este
relato da comienzo la serie de relatos de Manuel Gutiérrez, en este primer
texto conocemos la historia de unos personajes que cuentan aquellas historias
que, sin llegar a ser impactantes, les ocurre en sus vidas. Aquí os dejo el enlace al relato
completo.
Luis Tinoco |
(…) Apareció la mayor de las hijas,
vistiendo unos vaqueros en los que lo grunge parecía natural y sofisticado a la
vez.
Dijo que necesitaba bajar al pueblo,
y que si yo podía acercarla. Las otras dos estaban allí, la una apuntando las
cuentas en una libreta y la otra lavándose el pelo en la pila de la cocina.
El padre nos despidió en la puerta
de la cabaña con una caricia a la hija y un apretón de manos a mí.
—Hay que gozar mientras se pueda, y con
quien se pueda— nos bendijo.
Desde muchas noches atrás, antes de
ser yo nombrado apoderado de la Caja, un hombre armado con un hacha recorría
las calles echando maldiciones, amenazando con rebanar de un tajo a no se sabe
quiénes ni por qué. Nunca atacó a nadie, simplemente lanzaba alaridos, sacudía
el hacha y daba grandes tajos al aire.
Los habitantes de la localidad
corrían los visillos, el bar entornaba la puerta como si solo se tratara de
impedir la entrada a una corriente de aire. Al poco, el hombre del hacha
desaparecía en la oscuridad de las calles que daban a las afueras. Era como una
borrasca predecible.
Me llevé una gran sorpresa cuando me
dijeron que el hombre del hacha era mi amigo, el padre de las tres guapas
hermanas. Un hombre tan pacífico y tan comprensivo. (…)
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