Una
empresa de la que desconocemos su nombre publica una fotografía en la que
aparecen pastando unos carneros. Esta imagen tendrá unas consecuencias para sus
responsables de una empresa de traducción y publicidad los cuales tampoco
sabemos su identidad. El protagonista es un treintañero con una gran depresión
y una inmensa soledad pese a ser muy sociable este hecho merma todo lo que
quiere llevar a cabo.
Debido a
la publicación de dicha imagen el protagonista se ve obligado a ser llevado a
la sede del dueño, el cual tampoco conocemos su identidad. Este último posee
mucho poder en Japón debido a su historia relacionada con la extrema derecha en
China y a su habilidad de estar siempre en el lugar oportuno en el momento
adecuado. Hasta que un día un tumor cerebral asola su cerebro. El protagonista
se ve obligado a buscar al carnero con la ayuda de la fotografía en los montes
de Hokkaidô, además de un misterioso amigo al que llaman Ratón el cual no se
sabe el lugar donde reside y el dinero del líder de gran compañía si no quiere
perder todo lo que tiene.
Murakami
consigue en este titulo desconcertarnos tanto como a su protagonista el cual no
logra expresarse como le gustaría ni siquiera con su propia mujer. A lo largo
del libro nos describe el absurdo de muy diversas formas, a veces, con temas
que parecen no tener relación alguna con el titulo pero ayudan a dar un aire
distinto a la novela y no estar siempre centrado en la búsqueda del carnero
además de aportar profundidad al protagonista y a los demás personajes. También
son muy agradables de leer los diálogos, a veces muy largos, que tienen los
personajes, suelen ser muy curiosos. También cuenta con toque sarcástico a la
hora de poner en situación a los protagonistas y sus comentarios suelen ser muy
críticos con lo que les suceden. Hay personajes memorables como el señor
Carnero y su curiosa forma de vida, otros, como el secretario del líder el cual
no duda ni un segundo en lo que dice o como su amiga, la simpática chica de las
orejas especiales. Todo ellos hacen de esta novela una inolvidable lectura
siempre acompañada del surrealismo y del misterio que nos tiene acostumbrado su
autor.
Recomendado
para los adictos a Murakami, este titulo es imposible dejar de leer para
averiguar más sobre el carnero, también a aquellos a los que les guste el
misterio, en este titulo tendrán un pequeño misterio difícil de resolver. Y por
último para aquellos que busquen algo original, fácil de leer e imposible de
soltar hasta acabar la última página.
Extractos:
Sentado solo sobre el neumático, en mitad de la
pradera, recordé las competiciones de natación en las que había participado de
niño. Cuando nadaba de isla a isla, solía detenerme hacia la mitad del trayecto
para echar una ojeada al panorama. Esta experiencia siempre me resultaba
sorprendente. Por un lado, eso de encontrarme equidistante de dos puntos de
tierra me parecía muy extraño, y por otro lado, también me parecía
extraordinario que la gente, allá en la remota tierra firme, continuara su vida
cotidiana como si tal cosa. Más que nada, la extrañeza se debía al hecho de que
la sociedad funcionaba a las mil maravillas sin mí.
Permanecí sentado en el neumático como un
cuarto de hora, y luego volví paseando a la casa. Me senté en el sofá del salón
y seguí leyendo Las aventuras de Sherlock Holmes.
El gato no tenía ni pizca de bonito, la verdad.
Estaba, por mejor decirlo, gravitando en el platillo opuesto a la balanza. Su
pelaje era ralo, como de alfombra desgastada; la punta del rabo le caía en un
ángulo de sesenta grados; tenía los dientes amarillos, y su ojo derecho tenía
una infección crónica desde que se lo lesionó, tres años atrás, de modo que
veía cada vez menos. ¡Quién sabía si aún podía distinguir unos zapatos
deportivos de una patata! Las plantas de sus patas parecían de corcho a causa
de los callos. Tenía las orejas infestadas de garrapatas; y, de puro viejo, no
podía aguantarse los pedos: soltaba docenas de cuescos al día, realmente
apestosos. Era un joven macho cuando mi mujer lo recogió de debajo de un banco
del parque y se lo trajo a casa; pero últimamente su ruina se precipitaba, del
mismo modo que una bola en una bolera, y el pobre animal rodaba cuesta abajo
como cualquier anciano octogenario. Y, para colmo, no tenía ni nombre. No tengo
idea de si esa falta de nombre contribuía a disminuir la tragedia del gato, o
más bien la reforzaba.
Me gusta mucho Murakami,tomo nota.
ResponderEliminarUn saludo!!
Este titulo de Murakami me ha gustado un monton, tiene de todo y no es tan complejo como otros libros del autor
Eliminar