Franck
Sharko es un comisario que por la presión de sus superiores acepta volver a
estar activo. El caso que del que se tiene que encargar: cinco cadáveres
imposibles de identificar, con el cráneo serrado, las manos cercenadas y sin
rastro de ojos, dientes o de cerebro. Todo ello se le añade la visión de su
misteriosa mujer, la cual cuando menos lo espera le obliga a detener su rutina
para pedirle que le compre botes de castañas confitadas o salsas pink salad.
Lille
Lucie Henebelle es la teniente de la policía, a la cual la avisan de que un ex
amante suyo se ha quedado ciego durante el visionado de un cortometraje antiguo
comprado al hijo de un coleccionista adicto a las películas de espías y a todo
lo relacionado con el tema. La película es muda, anónima, y con un toque
malsano y otro horriblemente enigmático el cual la llevara a descubrir un lado
del ser humano perdido que nos hace cometer atrocidades. Una llamada les unirá
a ambos en la búsqueda de la verdad entre el film y los cadáveres a pesar de
sus grandes diferencias.
Thilliez
consigue volvernos adicto a su novela con sus descripciones del horror y la
barbarie cometida en manos de los seres humanos. La visión de los asesinatos son
realistas y escalofriantes y cuando Sharko se ve obligado a viajar a Egipto y
descubre los horrores de la miseria que asolan a sus habitantes asistimos a la
visión de la pobreza más absoluta. También narra una pequeña historia de
amistad y amor que avanza lentamente entre ambos protagonistas de la novela,
siempre escondida tras los crímenes.
Recomendado
para todos aquellos incondicionales de la novela negra, El síndrome E es un
gran libro que no puede faltar. También para aquellos que creen que en cuanto a
temas de violencia se refiere este todo escrito. Por último a aquellos que les gusten
los personajes rudos y enigmáticos, Sharko es uno de ellos. Primera parte del
díptico de la violencia imposible de dejar de leer, en parte para tratar de
llegar a entender las atrocidades que se cometen cada día en la actualidad, y por
otro lado para no dejar pasar a este gran autor de novela negra.
Extractos:
Le dio a un interruptor y un fluorescente
parpadeó. En el pequeño local, las latas vacías, los magnetófonos y los
carteles se apilaban en desorden. Era la huella de Ludovic, un caótico
organizado. Trató de recordar las maniobras para proyectar un film: invertir la
bobina alimentadora y la receptora ajustando los ejes a los brazos del
proyector, bloquearlas con las lengüetas, pulsar «motor», poner
en contacto las perforaciones de la película con los dientes del alimentador…
Con todos aquellos botones ante ella, la operación era más complicada de lo que
parecía, pero Lucie logró poner en marcha al aparato con la ayuda de la suerte.
Gracias a la magia de la luz y del ojo, la sucesión de imágenes fijas iba a
transformarse en un movimiento perfecto.
Solo en la habitación 16, que daba
a la calle Mohamed Farid, envuelto a la egipcia en sus sabanas a causa de los
mosquitos, Sharko aplastó sus orejas con las manos. Eugénie lanzaba salsa de
coctel contra las paredes mientras discutía con él. No quería más cadáveres, ni
horrores, lloraba y se tiraba de los cabellos con gritos estridentes. Y en
cuanto Sharko se hundía, muerto de cansancio, ella daba palmadas, y él volvía a
sobresaltarse de nuevo.
–Todos esos te vigilan. Nos espían,
querido Franck, por la ventana y por la cerradura. Nos siguen, husmean nuestro
olor. Tenemos que regresar a casa antes de que nos hagan daño. ¿Quieres que me
torturen como a Éloïse y a Suzanne? Acuérdate de Suzanne, desnuda, el vientre
muy redondo, atada sobre una mesa de madera. Sus gritos, te suplicaba, Franck…
¿Por qué no estuviste allí para salvarla?¿Por qué, querido Franck?
Editorial: Destino
Autor: Franck Thilliez
Páginas: 576
Precio: 21 eurosBook trailer:
Pues me apuntaré el título (aunque la portada me ha dejado ojiplática), porque soy una incondicional de la novela negra y tu reseña me ha convencido.
ResponderEliminarUn beso.
A mi me ha gustado un montón, ya me estoy leyendo la segunda parte, Gataca, y también me esta gustando mucho.
EliminarUn saludo.
Me ha gustado y lo acabo de comentar en mi blog. Mucho más espeluznante La línea negra, de Grangé, otro francés.
ResponderEliminarUn saludo
Gracias Javier me apunto al autor
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