Los libros
electrónicos, ese misterioso aparato que está revolucionando el mundo editorial
y que tarde o temprano todos tendremos uno en nuestras manos ya que su precio
ya se encuentra por debajo de los cien euros, algo impensable hace unos años y además
cada vez más editoriales deciden ofrecer sus novedades en los formatos para que
estos pequeños aparatos puedan leer e interpretar correctamente.
Pero, ¿nunca os habéis
preguntado cómo funcionan?, ¿cómo hacen que al elegir un título subido a su
memoria interna o en una tarjeta SD, este muestre las palabras correctas?
La repuesta es muy
simple, funcionan con tinta electrónica. Un impulso eléctrico hace que unas
pequeñas partículas esféricas formen aquello que deseamos ver, ya sea un texto,
una letra o una fotografía a la vez que cambia la tonalidad de las mismas.
Según la calidad del papel electrónico, es decir, la superficie por la que se mueven
las esferas, mayor número de niveles de grises podrá mostrar en pantalla.
En la actualidad dos
tipos de tecnología, una de ellas es Xerox, la pionera en este campo la cual
dispone de unas esferas que tiene una mitad de un color, es decir, uno negro y
otro blanco. Esas esferas están sobre un gel sobre el que flotan libremente. El
trasmisor que se encuentra debajo envía señales positivas, para transmitir
blanco y negativas para el negro.
La otra es E-lnk la cual
es la más usada y conocida. Funciona igual que la anterior pero en este caso
hay una esfera de mayor tamaño y en su interior se encuentra pequeñas esferas
de ambos colores en un líquido transparente, también se cargan eléctricamente.
Debajo de estas esferas se encuentra la parte trasmisora compuesta por dos
elementos que reciben dos impulsos eléctricos que pueden ser igual o de
diferente signo. Con esta potencia conseguimos mayor definición y variedad de
grises ya que así se consigue mover la tonalidad o la mitad de partículas de
cada color.
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