
En Destino nos adentramos en un viajen en tren en el que su
protagonista, Juliet, conoce a su amante, y que por una desgraciada casualidad,
termina descansando en la casa del mismo el día después de la muerte de su
esposa. En este relato nos encontramos ante la juventud y el destino, ante el
azar y la imprevisión todo ello en torno a la dura de la protagonista, siempre
dispuesta a avanzar pese a lo que se establece a su alrededor, tratando de
aprovechar las oportunidades, algunas casi por obligación, pero sin parar de
avanzar.
No
había más que otras dos personas sentadas en el vagón mirador. Dos mujeres
mayores, las dos solas. Juliet vio que un lobo grande cruzaba la superficie
helada y lisa de un pequeño lago. Sabía que también ellas lo habrían visto.
Pero nadie rompió el silencio y lo agradeció. El lobo no hizo caso del tren, no
titubeó ni echó a correr. Tenía el pelo largo, plateado, sombreado de blanco.
¿Creería que lo hacía invisible?
Mientras
contemplaba al lobo llegó otro pasajero. Un hombre, que se sentó al otro lado
del pasillo, a la altura de la butaca de ella. También llevaba un libro. Detrás
llegó una pareja mayor: ella menuda y vivaz; él, robusto y torpe, lanzaba
suspiros desdeñosos.
Pronto,
relato en el que Juliet regresa junto a sus padres acompañada de su hija
Penélope cuatro años después, allí se encuentra con la nueva vida de sus padres
y sus comentarios y miedos se ven dispersos por la casa, junto con los
recuerdos dispersos en objetos escondidos en recovecos de la casa. En el relato
se enfrentan las duras opiniones de ambos lados pero conoceremos de cerca las
de la protagonista que se enfrenta a su pasado y la forma de ser de sus padres además
de juzgar las decisiones de estos y analizarlas de forma certera.
—¿A
beneficio de quién es la conferencia que mantenéis ahí delante? Aquí atrás el
viento no deja oír.
Sam
contestó en voz alta:
—Nada
de particular. Le preguntaba a Juliet si su compañero sigue pescando.
Eric
se ganaba la vida pescando langostinos desde hacía muchos años. Empezó por
estudiar medicina. Aquello se acabó porque le hizo un aborto a una amiga (no a
una novia). Todo anduvo bien, pero la historia salió a relucir. Es algo que
Juliet tenía pensado revelar a padres de ideas tan avanzadas. Tal vez quisiera
pintar a Eric como hombre educado, no como un pescador cualquiera. Pero ¿qué
importaba eso ahora que Sam era verdulero? Y, además, a lo mejor su amplitud de
criterio no era tan de fiar como ella creía.

En
la corta travesía en ferry desde Buckley Bay a Denman Island, Juliet bajó de su
coche y se instaló en la proa del barco donde soplaba la brisa veraniega. Una
mujer la reconoció y empezaron a hablar. No es raro que la gente eche una
segunda mirada a Juliet, se pregunte dónde la ha visto antes y a veces lo
recuerde. Aparece con regularidad en el Canal Provincial de Televisión,
entrevista a personas que llevan una vida singular o notable, modera con
habilidad paneles de debate en un programa llamado Temas del día. Ahora lleva
el pelo muy corto, todo lo corto posible, un pelo que ha tomado color rojizo
oscuro y entona con el color de la armadura de las gafas. Suele usar pantalones
negros —como hoy—, una camisa de seda color marfil y de vez en cuando chaqueta
negra. Es lo que su madre habría llamado una mujer llamativa.
En definitiva tres
relatos que describen una vida, la de aquellas mujeres que se ven obligadas a
viajar y recorrer el mundo por los distintos avatares de la vida, también de
verdades dichas en silencio y mentiras descubiertas pronto y que como la vida
misma nos devuelve con crueldad un reflejo de nosotros mismos, del ser humano,
en cada uno de los personajes que vagan por el Vancouver descrito por Munro,
siempre tan inmenso y común, urbanizado a lo largo del tiempo. Inmerso en una
narrativa que nos hace retroceder y avanzar en la vida de la protagonista para
desvelarnos aspectos inesperados, que hacen mostrar zonas ocultas que cambian
el sentido del texto y comprender mejor a su personaje principal, Juliet.
Almodóvar va a llevar
el texto al cine y dentro de poco veremos el resultado del mismo, el director
es seguidor de la escritora y llevaba trabajando en el proyecto desde hace
mucho tiempo, en La piel que habito su protagonista lo lee en un fotograma de
la misma, un guiño a la película que se estrenará en breve en la que aparecen como
personajes principales Emma Suarez y Adriana Ugarte.
Estoy por ir a ver Julieta...
ResponderEliminargracias por esta entrega bea
Hermoso espacio!
ResponderEliminarAcabo de ver Julietta y es una maravilla, la recomiendo.
ResponderEliminarEs muy buena, me gustó mucho
EliminarHermosa Película!
ResponderEliminar