Christopher
Boone, un chico de quince años y que tiene síndrome del sabio, lo que provoca
que no pueda comunicarse debidamente con las personas de su alrededor,
empezando por su familia hasta los compañeros de clase al que asiste, que
también tienen otros tipos de problemas psíquicos.
Poco
después de la medianoche, Christopher se encuentra con un perro ensangrentado y
muerto por una horca. Es por ello por lo que decide escribir un libro
escribiendo todo lo que le suceda durante la investigación, aportando todos los
detalles posibles del suceso, además de lo que acontece a su alrededor y su
propia vida, que para su pesar, esta por descubrir como el asesino del pequeño
animal.
Haddon
nos narra una historia entrañable escrita de una forma muy especial, y con un
tono directo y de fácil lectura, además se aprecia muy de cerca los
sufrimientos que ocasiona el problema del protagonista y que trata de
contrarrestar en lo posible. A lo largo de la novela nos damos cuenta de que
Christopher es capaz de solucionar complicados problemas matemáticos y de
comprender además de escribir complejas ecuaciones. Una historia directa y que,
al leerla nos emotiva con las reflexiones, explicadas de forma simple, que
también cuenta en su libro las cuales nos emocionaran con las dificultades a
las que tiene que enfrentarse debido a su forma de ser.
Recomendado
para aquellos que quieran descubrir a un simpático y directo detective, el cual
admira a Sherlock Holmes, también para aquellos que les guste el misterio con
imprevisibles final además de una historia cercana a pesar de tratar un tema
difícil. Y por último para aquellos que gusten de historias singulares, únicas
e increíbles que llegan por su historia además de su originalidad.
Extractos:
Llegué a una habitación subterránea
más pequeña, y había montones de gente y columnas que tenían luces azules en el
suelo alrededor de la base y me gustaron, pero no me gusta la gente, así que vi
un fotomatón como uno al que fui el 25 de marzo de 1994 para hacerme mi foto
para el pasaporte, y entré en el fotomatón porque era como un armario y en él
me sentía a salvo y podía mirar afuera a través de la cortina.
Investigué un poco observando y vi
que la gente metía billetes en unas puertas grises y pasaban a través de ellas.
Algunos compraban billetes en unas grandes máquinas negras en la pared.
Y vi hacer eso a 47 personas y
memoricé lo que tenía que hacer. Entonces imaginé una línea roja en el suelo y
caminé hasta la pared donde había un cartel con una lista de sitios a los que
ir y estaban en orden alfabético y vi Willesden Green y decía 2,20 £ y entonces
fui a una de las máquinas y había una pequeña pantalla que decía SELECCIONE
TIPO DE BILLETE y apreté el botón que la mayoría de gente apretaba, que era IDA
ADULTO y 2,20 £ y la pantalla dijo INTRODUZCA 2,20 £ y yo metí 3 monedas de 1 £
en la ranura y se oyó un tintineo y la pantalla dijo RETIRE SU BILLETE Y SU
CAMBIO y había un billete en un pequeño agujero en la parte inferior, y una
moneda de 50 p y una moneda de 20 p y una moneda de 10 p. Me metí las monedas
en el bolsillo y fui a una de las puertas grises, metí mi billete en la ranura
y desapareció y salió por el otro lado de la puerta. Y alguien dijo «Venga,
espabila» y yo hice el ruido como el del perro que ladra y caminé y esa vez la
puerta se abrió y cogí mi billete como hacía la otra gente y me gustó la puerta
gris, porque también era como una película de ciencia ficción sobre el futuro.
Entonces tenía que decidir hacia
dónde ir, así que me apoyé contra una pared para que la gente no me tocara, y
había un letrero para la Línea Bakerloo y Línea District y Circle pero ninguno
de Línea Jubilee como había dicho la señora, así que decidí ir a Willesden
Junction en la Línea Bakerloo.
Me doy cuenta de que he dicho una
mentira en el Capítulo 13, al decir «Yo no sé contar chistes ni hacer juegos de
palabras», porque sí que sé contar 3 chistes, porque los entiendo, y uno de
ellos es sobre una vaca. Siobhan me dijo que no tenía que volver atrás y
cambiar lo que escribí en el Capítulo 13 porque no importa, porque no es una
mentira, tan sólo una aclaración.
Y éste es el chiste.
Hay tres hombres en un tren. Uno de
ellos es economista, el otro lógico y el tercero matemático. Acaban de cruzar
la frontera para entrar en Escocia (no sé por qué van a Escocia) y ven una vaca
marrón en un campo desde la ventanilla del tren (la vaca está paralela al
tren).
Y el economista dice:
—Mirad, en Escocia las vacas son
marrones.
Y el lógico dice:
—No. En Escocia hay vacas de las
cuales una, por lo menos, es marrón.
Y el matemático dice:
—No. En Escocia hay por lo menos
una vaca, un costado de la cual parece ser marrón.
Y es divertido porque los
economistas no son en realidad científicos, y los lógicos piensan con mayor
claridad, pero los matemáticos son los mejores.
Cuando estoy en un sitio nuevo,
como lo veo todo, es como cuando un ordenador está haciendo demasiadas cosas a
la vez y el procesador está saturado y ya no queda espacio para pensar en otras
cosas. Y cuando estoy en un sitio nuevo y hay montones de personas es incluso
más difícil, porque las personas no son como vacas y flores y hierba, y te
hablan y hacen cosas que tú no esperas, así que tienes que darte cuenta de todo
lo que hay en ese sitio, y además tienes que darte cuenta de las cosas que
podrían ocurrir. Y a veces, cuando estoy en un sitio nuevo y hay mucha gente,
es como un ordenador que se cuelga, y tengo que cerrar los ojos y taparme las
orejas con las manos y gemir, que es como cuando aprietas CONTROL+ALT+SUPR y
cierras programas y apagas el ordenador y lo reinicias, para así poder recordar
qué estoy haciendo y adónde se supone que debo ir.
Editorial: Salamandra
Autor: Mark Haddon
Páginas: 272
Precio: 17,50 euros
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