Baila, baila, baila
Así
es el capitalismo. Nos guste o no, vivimos en esa sociedad. Los criterios del
bien y el mal también se han subdivido y se han vuelto más sofisticados. Dentro
del bien hay un bien moderno y un bien demodé. Dentro del bien moderno lo hay
formal, informal, «en la onda» y esnob. También se llevan las combinaciones. Se
pueden probar estilos complejos, como quien se pone un jersey Missoni con unos
pantalones Trussardi y unos zapatos Pollini. En tal mundo, la filosofía se va
asemejando cada vez más a las teorías de la administración de un negocio. La
filosofía se acerca al dinamismo de la época.
Aunque por entonces y no lo veía así, antes, en 1969, el mundo todavía era bastante sencillo. En algunos casos, uno podía expresar su descontento arrojándole una piedra a un antidisturbios. Fue una época relativamente buena. Pero ahora, con esta sofisticada filosofía que nos gobierna, ¿quién le lanzaría una piedra a un antidisturbios?¿Quién se expondría de buen grado a una ducha de gases lacrimógenos? Así es el presente. La red se extiende de punta a punta. Fuera de la red hay otra red. No se puede escapar. Cuando se lanza una piedra, ésta traza una elipse y se vuelve contra uno mismo. Ciertamente es así.
Aunque por entonces y no lo veía así, antes, en 1969, el mundo todavía era bastante sencillo. En algunos casos, uno podía expresar su descontento arrojándole una piedra a un antidisturbios. Fue una época relativamente buena. Pero ahora, con esta sofisticada filosofía que nos gobierna, ¿quién le lanzaría una piedra a un antidisturbios?¿Quién se expondría de buen grado a una ducha de gases lacrimógenos? Así es el presente. La red se extiende de punta a punta. Fuera de la red hay otra red. No se puede escapar. Cuando se lanza una piedra, ésta traza una elipse y se vuelve contra uno mismo. Ciertamente es así.
No hay comentarios:
Publicar un comentario