sábado, 2 de junio de 2012

Fragmentos Nº38: La guarida


Norman Manea
La guarida

Se diría que, desde el primer momento, el nombre de Peter Gaşpar había inspirado confianza al señor Artwein. Traería consigo el periódico del día y charlarían sobre él, pero no el periódico del año en curso. El señor Artwein se refería a los periódicos del año de su nacimiento. El día 5 de enero significaba el 5 de enero de 1920, el 22 de junio sería el 22 de junio de 1920. El mundo había nacido el día de la venida al mundo del señor Artwein: el 24 de febrero de 1920.
Peter parecía motivado por tan extraño quehacer. Evidentemente, no le importaba, no le importaba ser el objeto de una obra de caridad. «¡Esto sí que es una buena idea! Todos dicen que los americanos son workaholics, adictos a su trabajo, que depende psíquicamente de él, que no pueden dejarlo y no piensan más que en el dinero. Pues, mira tú por dónde, hay alguien montado en el dólar que renuncia al trabajo y está dispuesto a tirar  el dinero por la ventana. ¡Placeres nada canónicos! ¡La mujer demasiado joven y disponible no lo molesta, no está obsesionado por vigilarla o dominarla, la deja a merced de sus caprichos, nada limitados, por cierto, y contrata a un vagabundo balcánico para la conversación de la mañana con respecto al tiempo pasado, como solían hacer los hombres antaño!»

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