Joaquín
nace en Sagunto, por aquel entonces habitado por 8.000 habitantes, en el año
1901, allí es donde nace la leyenda del mayor compositor del siglo XX, del más
escuchado y el más premiado a lo largo del siglo. Su música abarca un amplio
abanico de variedades que van desde la música clásica hasta el poema sinfónico,
también de conciertos para orquesta y también en solitario para casi todo tipo
de instrumentos.
Ciego
desde los tres años, un hecho que no le impide llevar una vida apasionante y
sin descanso conociendo a personajes extraordinarios o viajar por todo el mundo
junto a su mujer, Victoria Kamhi, ambos participes de acontecimientos
históricos.
Carlos
ha creado una obra rigurosamente documentada con todo tipo de detalles, como
fotos y los temas creados por el compositor a lo largo de su vida, además la
biografía está cargada de notas que ayudan a profundizar más aún en la vida del
protagonista. En esta historia nos encontramos con los claroscuros de un hombre
muy especial que, aun estando invidente, conseguía ver más que cualquiera sin
la incapacidad que poseía. Al comienzo del libro nos encontramos con alegre
muchacho que trata de conseguir su sueño a pesar de los consejos de su padre,
más adelante el dinero será el mayor problema para conseguir la felicidad y
todo ello en una época convulsa. En definitiva una novela que nos adentra en la
fascinante vida del músico y compositor Joaquín Rodrigo, sabremos de las
amistades, de los problemas y de los pesares que tenía el artista a lo largo
del tiempo, también conoceremos las alegrías de los premios que obtuvo y de los
esfuerzos que tuvo que hacer para lograrlos hasta casi el último aliento de
vida, y como la novela tiene al final una serie de fotografías (algunas en
blanco y negro y otras en color) del compositor en diferentes situaciones,
gracias a ellas, conoceremos más de cerca a su familia y amigos, también a toda
su trayectoria musical pues incluye un catálogo de todas las obras.
Recomendada
para aquellos que quieran saber más de la grandeza de Joaquín Rodrigo y de cómo
llego a ser reconocido por todos. También para aquellos que les interese la
historia de la música que creaba el compositor como el famosísimo Concierto de
Aranjuez. Y por último para aquellos que quieran conocer al autor de esta gran
obra y encontrarse con un impresionante trabajo de documentación que nos
adentra en la vida y obra de un gran compositor.
Extractos:
Fue escuchando a Verdi, según él
mismo contaba con frecuencia, como surgió su interés por la composición. Es
difícil saber, sin embargo, en qué momento algo tan importante como una
vocación se despierta en el interior del futuro artista, especialmente cuando
es aún un niño. El recuerdo del Rigoletto de Verdi que figuraba en su memoria
como detonante de aquella vocación pudo ser solo uno más de los muchos factores
que influyeron en su decisión de dedicarse de lleno a la música. El ambiente
familiar, el gramófono de su casa, la afición de su madre, los conciertos de la
banda de Sagunto, las zarzuelas en el Apolo, la pianola que disputaba a su
hermana Juana, el coro de la capilla, las enseñanzas de don Fernando, el cura
bueno del colegio de las monjas, y la búsqueda de la belleza en los sonidos.
¡Quién sabe! De lo que no cabe duda es que Joaquín Rodrigo, gracias al apoyo de
su madre y a la buena posición económica de la que disfrutaba, dio a los quince
años el paso definitivo en su vida y la suerte lo acompañó. Esa suerte que solo
aparece cuando quien la necesita no se aparta del camino que debe seguir para
encontrarla.
Algún tiempo después, un amigo de
la familia, que era socio del Círculo de Bellas Artes de Valencia y de cuyo
nombre no queda constancia, fue una tarde de visita a casa de los Rodrigo y
estuvo durante un rato oyendo a Joaquín tocar el piano. Este amigo lo invitó a
acompañarle al recital de piano que iban a dar en el Círculo José y Amparo
Iturbi, que sería precedido de una conferencia del profesor López Chavarri.
Joaquín se llevó una alegría y aceptó encantado porque José Iturbi, era ya, a
pesar de su juventud, un pianista muy conocido, así como su hermana Amparo. Los
dos eran valencianos. Además, el conferenciante, Eduardo López Chavarri, gozaba
de gran prestigio en Valencia como compositor y director de orquesta y era
catedrático de Estética y de Historia de la Música del conservatorio. López
Chavarri destacaba en diversas actividades, como escritor, jurista, crítico y
periodista, pero a Joaquín Rodrigo le interesaba conocerlo, sobre todo, porque,
si lograba ser presentado a aquel señor, quizá tuviera una oportunidad de
ingresar en el conservatorio, algo que no había logrado hasta entonces.
Mientras el Maestro se desespera en
Valencia y, a partir de la primavera en Estivella, intenta hacer frente a sus
problemas trabajando como no lo había hecho nunca antes, sus obras suenan en
Alicante, Bilbao, Madrid y Valencia, incluidas en los programas de diversas
orquestas nacionales. Sus amigos directores de orquesta, que conocían la penosa
situación en la que se encontraba, incluían obras suyas en los programas de sus
conciertos. Los recortes de periódicos y críticas que recibía, se los hacía
llegar a su mujer.
Por su parte, en París, Victoria no
permanece inactiva. Pasados los primeros días en los que tiene que hacer frente
a una difícil situación familiar, se apresura a tomar contacto con el grupo de
músicos españoles residentes en la capital francesa, que se reúnen regularmente
en la tertulias del café La Rotonde. En primer lugar con el pianista Leopoldo
Querol y su mujer, Manolita, los mejores amigos de aquella época, y también el
becado Moreno Gans, Juan Alós, Roca, etcétera. Hablando con ellos a diario,
Vicky se mantiene al corriente de lo que se trama en los ambientes musicales de
España. Así se entera de que se va a abrir un nuevo Conservatorio en Sevilla y
urge a Rodrigo a moverse para conseguir una plaza. También le dicen que existe
la posibilidad de conseguir otra beca, al margen de la “Conde de Cartagena”, y
lo anima a solicitarla. Como su hermana Matilde se había ido a Madrid para
promocionar una revista de modas, después de viajar con su madre a Valencia, le
escribe pidiéndole que visite a Pérez Casas y a Menéndez Pidal para recomendar
a Joaquín.
Rodrigo también hace algunas
gestiones con Esplá, con Turina, con Salazar y otros conocidos, pero las cosas
no resultan nada fáciles. La situación en España es mala. Hay huelgas y
manifestaciones constantes, problemas sindicales, inestabilidad ministerial y
amenazas revolucionarias. No es el mejor momento para hacerse una situación
como compositor de música clásica. En las cartas que le escribe a su mujer
muestra su desánimo y ella trata de animarlo, aunque también lo esté pasando
muy mal. Se queja de que no tiene dinero ni para sellos y de que está buscando
trabajo sin éxito. Por eso le anima a componer “para hacerse rico y poder estar
juntos”. Él le envía 50 pesetas.
Editorial: Sinerrata Ediciones
Autor: Carlos LaredoPáginas: 358
Precio: 9,99 euros
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