viernes, 16 de noviembre de 2012

El invierno del mundo de Ken Follet



Gracias a la editorial Plaza y Janés por cederme un ejemplar de El invierno del mundo

La novela da comienzo en 1933, una década después de La caída de los gigantes con los hijos de las familias de los anteriores: los Fitzherbert, influyentes y millonarios; los Peshkov, hermanos rusos de la Unión Soviética; los Williams, una familia obrera de Gales; los Dewar, estadounidenses de clase media alta; y los von Ulrich, una familia alemana que irá decayendo a lo largo de la historia.


Maud recibiendo la visita de Ethel Williams y Lloyd, con ellos descubriremos como se formó la Alemania nazi que les obligará a cambiar drásticamente de vida, por lo que Lloyd Williams viajará a Inglaterra mientras el nacionalismo asciende en hasta Francia y más allá de la frontera rusa. Allí se alistará como activista político para después unirse a las Brigadas Internacionales de la Guerra Civil en España. Mientras Daisy Peshkov busca un marido de la alta sociedad llamado Boy Fitzherbert, un acérrimo al fascismo.

Volodia Peshkov en cambio es un espía un oficial del Ejercito Rojo al cual destinan a Berlín o a España, será testigo de actos fríos y crudos debido a su cargo, además de tratar de obtener información valiosa.  Todos ellos se entrecruzaran, crearan historias paralelas o unidas, que cambiaran la vida constantemente de sus personajes a través de la fría historia del mundo.

Ken Follet narra una historia coral desde la Segunda Guerra Mundial hasta la Batalla de Belchite, pasando por Pearl Harbor y la ascensión nazi en el mundo todo a través de unos personajes realistas y humanos. La trama de la novela es ágil, además la información histórica esta dosificada, lo que hace que la lectura sea sencilla. Las historias de sus personajes son duras y a la vez sencillas, estas se irán intercalando unas con otras dando lugar a una novela coral bien escrita y estructurada. Su narración es adictiva, en algunos casos laberintica debido a los cruces de las historias de sus personajes. Follet, a través del género histórico, bien estructurado, descubrimos la crueldad del ser humano y, al mismo tiempo, las bondades frente a la intolerancia y la injusticia, todo ello con una trama apasionante con toques de thriller y suspense, además de los siempre emotivos amores y desamores que hay en cada una de las partes de la novela.

Recomendado para todos aquellos que quieran descubrir la historia del mundo de forma sencilla y de fácil lectura, siempre adictivo. También para aquellos que gusten de las grandes historias cargadas de las vivencias de las personas que hicieron leyenda que Follet consigue en sus novelas. Y por último, para aquellos que les gusten las grandes novelas, esta tiene casi mil páginas y está cargado de situaciones a través de todo tipo de géneros literarios.

Extractos:

Más adelante, el 25 de abril, unos bombarderos que habían despegado desde un portaaviones atacaron el centro de Tokio y abrieron una herida terrible en el orgullo del ejército japonés. En Hawai, las celebraciones fueron eufóricas. Chuck y Eddie se emborracharon esa noche.
Sin embargo, el siguiente enfrentamiento era inminente. Todos los hombres con los que hablaba Chuck en el Viejo Edificio de la Administración decían que los japoneses lanzarían un ataque de primera magnitud a principios de verano para conseguir que la flota estadounidense realizara un gran despliegue, preparándose para la batalla definitiva. Los japoneses tenían la esperanza de que la superioridad de fuerzas de su armada resultara decisiva y, así, aniquilar por completo la flota del Pacífico de los norteamericanos. Si Estados Unidos quería vencer, la única forma de hacerlo era estar mejor preparado y mejor informado, moverse más deprisa y ser más listo.
Durante esos meses, la Estación HYPO había trabajado día y noche para descifrar el JN-25b, el nuevo código de la Armada Imperial Japonesa. Llegado mayo, habían hecho ya algún progreso.

Y la prosperidad no era lo único. Volodia llevaba varios días dándole vueltas a un asunto que le preocupaba, era algo raro relacionado con la vida en Estados Unidos. Al final cayó en la cuenta de lo que era: nadie le había pedido la documentación. Tras haber pasado por el control de inmigración en Nueva York, no había vuelto a enseñar el pasaporte. En aquel país, al parecer, cualquiera podía llegar a una estación de tren o a una terminal de autobuses y comprar un billete con destino a cualquier lugar sin tener que solicitar permiso ni explicar el motivo del viaje a un funcionario. Aquello le provocaba una sensación de libertad peligrosamente extasiante. ¡Podría haber ido a donde se le antojara!
La riqueza de Estados Unidos también subrayaba para Volodia el peligro al que se enfrentaba su país. Los alemanes habían estado a punto de destruir la Unión Soviética, y el país en el que se encontraba tenía una población que triplicaba la de su madre patria y una riqueza diez veces mayor. La idea de que los soviéticos pudieran convertirse en subordinados, que se entregaran a la ciega sumisión por miedo, atenuaba las dudas que albergaba Volodia sobre el comunismo, a pesar de lo que el NKVD les había hecho a su mujer y a él. Si tenía hijos, no quería que creciesen en un mundo tiranizado por Estados Unidos.
Viajó vía Pittsburgh y Chicago e intentó pasar desapercibido durante el viaje. Su aspecto era de estadounidense, y nadie se percató de su acento ruso por la simple razón de que no abrió la boca. Compró bocadillos y café señalando el producto con el dedo para después satisfacer el importe. Hojeó periódicos y revistas que otros viajeros dejaban al partir: miraba las fotos e intentaba descifrar el significado de los titulares.
La última parte del viaje lo llevó por un paisaje desértico de belleza desolada, con picos nevados en la distancia teñidos de rojo por el ocaso, que, con seguridad, era la explicación de que los llamaran la Sierra de la Sangre de Cristo.

Editorial: Plaza y Janés
Autor: Ken Follet
Páginas:  960
Precio: 24,90 euros



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