En la Universidad de Arizona han conseguido hacer realidad el sueño de muchos directores de cine de ciencia ficción inventando un “proyector” de hologramas capaz de emitir, conservar y crear las imágenes en dos segundos –casi en tiempo real–. A diferencia de su predecesor que necesitaba cuatro minutos ambos construidos por el mismo equipo.
El aparato consta de una batería de cámaras, un láser y un polímero especial capaz de refrescar la imagen sin afectarle las vibraciones, habitual en este tipo de artefactos, a la pantalla del prototipo. Ha sido presentado para la revista Nature la cual lo presenta en portada y lo califica como “telepresencia tridimensional”. Mide veinticinco centímetros pero ya se han hecho pruebas con otra pantalla de cuarenta y tres centímetros llevada con éxito.
"La telepresencia holográfica significa que podemos grabar una imagen en tres dimensiones en un sitio y mostrarla en otro, en tiempo real, en cualquier lugar del mundo", explica el líder del equipo, Nasser Peyghambarian
Para llevar a cabo la imagen holográfica primero se graba al objeto desde varias perspectivas con cámaras situadas alrededor de él, a mayor número de cámaras mejor resolución y calidad, después la información obtenida pasa al destino, donde es convertida en pulsos de luz láser y estos a su vez interfieren con otro láser que sirve de referencia. El patrón resultante es transferido al polímero (pantalla) en la que se muestra la imagen. Cada pulso de láser registra un hogel (pixel holográfico o versión tridimensional de un pixel) individual en el polímero, que refresca los hologramas cada dos segundos. Al poco tiempo desaparece el holograma (un par de minutos) o desaparece al grabar otra imagen tridimensional.
Este invento puede tener varias utilidades, sobre todo en el campo de la publicidad pues llama más la atención, y también para el entretenimiento, las consolas del futuro, las televisiones e incluso los móviles. Además en el campo de la medicina ayudaría a visionar mejor a pacientes hospitalizados los cuales necesitan que colaboren cirujanos que estén a larga distancia. Pero también ayudaría a empresarios que necesitan están de “cuerpo presente” en una reunión.
Todavía nos queda para llegar a vivir en las ciudades futuristas que se ven en las películas de ciencia ficción pero a la vez parece que nos acercamos más sin darnos cuenta.
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