lunes, 25 de febrero de 2013

Novedades, febrero de 2013: Tusquets Editores



Después del terremoto de Haruki Murakami

NARRATIVA (F). Novela
Febrero 2013
Andanzas CA 797
ISBN: 978-84-8383-449-7
País edición: España
192 pág.
16,34 € (IVA no incluido)

La magnitud del terremoto que en 1995 asoló la ciudad japonesa de Kobe, y que se cobró más de cinco mil vidas, inspiró a Haruki Murakami seis impactantes relatos que transcurren poco después de la tragedia. Un comercial de equipos de sonido al que su mujer abandona abruptamente tras el seísmo, una adolescente huida de su casa, un chófer que trata de mitigar la misteriosa melancolía que consume a una mujer, un joven huérfano cuya existencia da un giro al descubrir parte de su pasado, un modesto empleado de banco a quien una rana gigantesca le pide ayuda para salvar a Tokio de un segundo terremoto, y un escritor con dificultades para «escribir» su propia vida son los protagonistas de los seis cuentos que componen el volumen. El protagonista omnipresente, sin embargo, es el propio seísmo, que irrumpe sutil o significativamente en las vidas de aquellos que sobrevivieron al apocalipsis. Sólo Murakami podía transmitir en seis historias tantas verdades sobre la compasión, el coraje y el sufrimiento humano.


Antes de salir de casa, Komura envolvió la caja que le habían confiado en una gruesa camisa que llevaba de muda y la colocó hacia el medio de la bolsa de viaje. El avión iba mucho más lleno de lo que había supuesto. Komura se preguntó con extrañeza qué diablos iba a hacer toda aquella gente a Kushiro en pleno invierno.
El periódico continuaba repleto de artículos sobre el terremoto. Tomó asiento y leyó, de cabo a rabo, la edición matutina. El número de víctimas mortales continuaba creciendo. El agua y la electricidad seguían cortadas en muchas zonas, la gente había perdido sus casas. Se iba revelando una tragedia tras otra. Pero a los ojos de Komura todos aquellos detalles eran extrañamente planos, carentes de profundidad. Su eco le parecía monocorde y lejano. Lo único en lo que podía centrar, mal que bien, la atención era en su esposa, y en lo rápido que se estaba alejando de él.
Komura reseguía maquinalmente con los ojos los artículos sobre el terremoto, pensaba de vez en cuando en su mujer, volvía a deslizar la mirada sobre algún artículo. Cuando se hubo cansado de pensar en su esposa y de ir persiguiendo los caracteres, cerró los ojos y se sumió en un breve sueño. Al despertar volvió a pensar en su mujer. ¿Por qué había estado siguiendo con tanta pasión, de la mañana a la noche, olvidándose incluso de comer y de beber, las noticias sobre el terremoto? ¿Qué diablos había visto en ellas?

La puerta entreabierta de Fernanda Kubbs (Cristina Fernández Cubas)

NARRATIVA (F). Novela
Febrero 2013
Andanzas CA 795
ISBN: 978-84-8383-447-3
País edición: España
224 pág.
16,34 € (IVA no incluido)

Isa es una joven y escéptica periodista a la que han encargado un reportaje sobre el mundo de la magia. Pero ante La Gran Demirovska, afamada pitonisa de paso por la ciudad, la descreída reportera acaba sufriendo una transformación inesperada que la sitúa en un lugar y una perspectiva impensables. ¿Cómo ha sucedido?, ¿dónde buscar una salida?, ¿qué hacer para dominar la angustia creciente? Isa siente que ha atravesado una puerta que, como las cataratas en las películas de aventuras, conecta la segura realidad que ella conocía con otro mundo y otras percepciones. Sólo los exóticos personajes a los que se encomienda, y las fascinantes historias que se cuentan entre sí, parecen trazar un itinerario de regreso a su entorno inicial que tal vez ya no sea el mismo.

Ficha del libro

Y entonces ocurrió algo sorprendente. Su voz, poco a poco, fue volviéndose dulce, lejana, armoniosa. El susurro de un surtidor en un patio umbrío. Algunas gotas me rociaban el rostro, el cuerpo, los cabellos. Ya no hacía calor ni me encontraba en el centro de un tornado. Aquella voz era como el agua. Refrescante. Y yo ahora me sentía nadando en un líquido mullido, un colchón de plumas, un entorno que se adaptaba a mi cuerpo como un guante. Flotaba en un agua densa, acogedora. Aunque ¿era agua? «La densidad del mercurio, suponiendo que tuviéramos una piscina llena de tal líquido, nos impediría bucear.» Voces antiguas. El colegio. Y yo soñando con hacer el muerto en una piscina llena de mercurio, pero conformándome con romper un termómetro, observar las gotas —casi tan sólidas como perlas— y pasearlas por pulseras y anillos. Era verdad. El mercurio se comía el oro. Científica constatación que me supondría una sonora bofetada en la mejilla aquella misma noche en la lejana casa de mi infancia. Y años después, en un viaje de estudios, tumbada al fin en el mar Muerto. Sí, eso era. ¡No hay sofá ni cuidados intensivos como el mar Muerto! La piel suave, una sensación irrepetible de felicidad y... la cascada. No, la cascada no estaba allí, en Ein Bokek, a orillas del mar Muerto, sino mucho tiempo atrás, en el cine. La cascada de las películas. Si alguien te persigue por el río, todo parece perdido y vas a caer en poder de los malos, pero ves una cascada..., ¡estás salvado! Se trata sólo de ser valiente, atravesar la cortina de agua, y dentro encontrarás una cueva o un pequeño espacio, una burbuja de aire en la que tú y tu caballo podréis respirar hasta que los perseguidores os den por perdidos o se cansen. Y yo había visto una cascada así; no sólo en las películas sino en la vida. En el río del pueblo donde pasaba los veranos. Pero no me atreví a cruzar la cortina de agua. Era la más pequeña del grupo. Los otros, a nado, sí lo hicieron y, al salir, contaban maravillas. Nunca acabé de creerlos del todo, pero siempre me quedó cierta frustración. ¿Por qué no lo hice? Con el agua de ahora, que me envolvía como un guante, habría sido más fácil. Porque de pronto entendía la expresión «cortina de agua». No se trataba de atravesarla sino de correrla. O hacer un boquete y penetrar. O cogerla a puñados —puñados de agua— que en las manos se convertían en perlas deslizantes del tamaño de una pelota de tenis. ¡Qué sensación de frescor y de descanso! ¡Qué bien se estaba allí! ¡Qué hermoso el rumor del agua! RRRRRRR...
—Abrrra los ojos —oí.

La fragilidad de los cuerpos de Sergio Olguín

NARRATIVA (F). Novela
Febrero 2013
Andanzas CA 796
ISBN: 978-84-8383-448-0
País edición: España
344 pág.
18,26 € (IVA no incluido)

Un conductor de trenes se suicida y deja una carta en la que pide perdón por su responsabilidad en la muerte de cuatro personas. Las ambiguas referencias a un niño entre las víctimas llaman la atención de Verónica Rosenthal, la implacable redactora de la revista Nuestro Tiempo. Periodista de raza, apasionada defensora de la verdad y la justicia, fumadora empedernida, con especial debilidad por las bebidas alcohólicas y los hombres casados, Verónica no detendrá su investigación ante nada. Mucho menos ante los criminales y políticos corruptos con los que tendrá que enfrentarse. Pero Verónica descubrirá mucho más que una trama siniestra: se enfrentará al lado más oscuro de sus deseos junto a Lucio, un maquinista dispuesto a seguirla en los laberintos de un juego sadomasoquista de imprevisibles consecuencias. Una trama policial de ritmo trepidante, una historia de amor loco y un universo de personajes inolvidables, en la que los cuerpos —amados, perdidos, asesinados— ocupan un lugar preponderante. 


No había nadie en la entrada de la terraza. El cielo encapotado brillaba con los relámpagos y unas gotas comenzaron a caer. Se acercó al borde de la terraza, una pared más bien baja, apenas algo más alta que su cintura. Apoyó las manos en el cemento húmedo y miró hacia abajo. Vio los autos detenidos por el semáforo y el paso apurado de las personas. Unos paraguas se movían de un lado a otro de la calle como las bolas de un juego electrónico.
Yo sabía que ese día lo iba a matar. Que me iba a tocar a mí hacerlo. Todos lo sabíamos. Pasé mi vuelta esperando cruzármelos. En ese momento quería matarlos. A los dos. Por estar ahí, por querer arruinarme la vida.
No había tiempo para nada más. Estaba todo decidido. Lo había pensado mucho y no le quedaba otra salida al abismo en el que vivía. El profundo pozo en el que había caído hacía años, aunque hubiera hecho todo para ignorarlo.
Pero cuando aparecieron ya no quería matarlos. Quería que nada fuera así. Quería volver con Sandra y los chicos. Y lo maté, maté al chiquito. Perdón, perdón a todos, a su familia. Sandra, perdón. Cuidá a Dani y a Mati. Perdón. Ya no aguanto más.
Se subió con cierta dificultad a la pared que estaba resbaladiza a causa de la lluvia. Se paró como un nadador antes de hacer un clavado olímpico. Era sencillo. Solo tenía que adelantar un pie y saltar. La forma rápida de terminar con esa historia. Pero las piernas no le respondían, no se animaba a dar el paso adelante. El cuerpo se rebelaba contra lo que venía planeando. Algo de eso había imaginado que podía ocurrir. Metió la mano en el bolsillo derecho de la campera y buscó el arma que llevaba guardada. Su mano hizo lo que sus piernas se resistían. Se disparó en la sien y el cuerpo se desplomó como una roca, rebotó contra la saliente del último piso y finalmente se estrelló en el asfalto de la calle. Hubo gritos de pánico, movimientos confusos alrededor del cuerpo, el sonido de una sirena de policía que se acercaba, otra sirena de una ambulancia en la lejanía. Todo bajo una lluvia cada vez más fuerte, más impiadosa, más desangelada.

Hiela sangre de Francisco Ferrer Lerín

POESÍA (NF). Poemarios
Febrero 2013
Marginales MT 279
ISBN: 978-84-8383-452-7
País edición: España
152 pág.
10,57 € (IVA no incluido)

Cuatro años después del éxito cosechado por Fámulo (Premio Nacional de la Crítica 2009), Francisco Ferrer Lerín ofrece a sus lectores su nuevo libro de poemas, con su característica «escritura fronteriza», una muestra de osadía formal y experimentación que subraya la potencia esencial de sus palabras. Sus poemas, dotados de un raro poder hipnótico e impregnados de un singular sentido del humor, abordan la crueldad de la naturaleza, y su personalísima nostalgia de una juventud y un tiempo de esplendor, echando mano de la historia natural, las referencias cultas y populares, la enumeración impetuosa, la riqueza léxica, el apunte toponímico.
Como dice de él Luis García Jambrina, «poeta que había sido engullido por su propia leyenda, Ferrer Lerín vuelve a cobrar vigencia con una forma de escritura radicalmente distinta y alternativa a la que ha predominado en estos veinte años».
 

FUROR CENSAL
ESTE es el embustero que a veces imita el ladrido del perro.
Este es el rey de la leña podrida y de los huesos de médula atinada.
Esta es la madre de figura capciosa que mece imprecisa la
impudente alimaña.
Esta es la mujer de facciones morenas que cruza ligera las colinas
cansadas.
Son cadáveres dispuestos al alba en atroces posturas,
reptantes longitudes que todo lo envenenan, valles asustados,
padres convertidos en ogros de antro, septenarios ciegos,
parejas contrarias, visionarios pulcros en arte maduro,
reos aquejados de un rural siseo, cundió la costumbre de negar
el uso
de suaves nodrizas, ¡serpientes, no hijos!, proclamó el soldado
taciturno hirsuto, mendigo de hierba que engrasa el ganado.

La arquitectura del aire de Carlos Marzal

FILOSOFÍA (NF). Aforismos
Febrero 2013
Marginales M 280
ISBN: 978-84-8383-453-4
País edición: España
256 pág.
16,34 € (IVA no incluido)

Más allá de su obligada brevedad y de su vocación por las honduras conceptuales, «los aforismos», afirma Carlos Marzal, «musculan una parte distinta de la anatomía del pensamiento». Así, los que componen este volumen iluminan la realidad mediante chispazos de inteligencia y de poesía, pues son fruto no sólo de la íntima costumbre de la reflexión, sino también del oficio de vivir y –no podía ser de otra manera– de todo lo que en poesía no es cuestión de oficio. Allí donde la lógica no logra explicar nada, o donde la paradoja nos frena, el pensamiento aforístico arroja su verdad, una verdad sin más ni menos pretensiones que la de ser certera y lúcida: «Si no parece haber desentrañado un misterio, no es aforismo».
Los viajes, los distintos yoes con los que cargamos a cuestas, el paso del tiempo, la escritura, la amistad, la mentira, la enfermedad, el amor o el asombro ante lo que nos depara la existencia son algunos de los asuntos que abordan estos aforismos. Irónicos y graves, optimistas y voluptuosos, poco a poco van desplegando la luminosa filosofía vital del autor. Pues el aforismo es como un diario, como una autobiografía, pero de lo que le acontece al pensamiento, y también, quizá, una manera de vivir, una herramienta para interpretar la realidad, para habitar en el mundo.
 

[31]
No escribe largo: es largo, y escribe. No escribe corto, sino que se manifiesta en lo corto que escribe.
[32]
La escala es la armonía corporeizada.
[33]
La escritura que no se me resiste un poco no me lo parece.
[34]
La escritura caída del cielo es como el sonambulismo: algo que le ocurre a otro que soy yo.
[35]
El peso que importa es sólo el que no puede soportarse.
[36]
Basta con sentarse a ver pasar el mundo.
 [37]
Tener una sola patria es una forma de la estupidez.
[38]
Las ataduras no deberían ser nudos, sino lazos.
[39]
Un consuelo de tontos no es jamás un tonto consuelo.
[40]
No he perdido nada. Solamente se ha apagado.
[41]
No he perdido nada. Otro lo encontró.
[42]
Parte del encanto de lo pequeño consiste en negarse a ser grande.
[43]
Gusto mucho de muchas cosas, pero no de lo mucho. Y eso me gusta.

La cara oculta de la belleza de Ruth Brandon

BIOGRAFÍAS, AUTOBIOGRAFÍAS Y MEMORIAS (NF). Memorias
Febrero 2013
Tiempo de Memoria TM 94
ISBN: 978-84-8383-450-3
País edición: España
368 pág.
21,15 € (IVA no incluido)

La industria cosmética se ha convertido en una gigantesca fábrica de deseos y frustraciones estrechamente relacionados con la imagen que hombres y mujeres tienen de sí mismos; además, mueve cantidades ingentes de dinero en todo el mundo. Pero todo tiene su historia, y conviene recordar que hubo un tiempo en que a ninguna mujer que se considerara «decente» se le habría ocurrido maquillarse el rostro.
La cara oculta de la belleza narra la historia de dos vidas extrañamente cruzadas: la de la judía polaca Helena Rubinstein (1870-1965) y la del químico francés Eugène Schueller (1881-1957), fundadores, respectivamente, de los dos grandes imperios de la cosmética del siglo xx: Rubinstein y L’Oréal. Sus empresas idearon centenares de productos (cremas faciales, lociones, tintes capilares) y, sobre todo, generaron la necesidad de consumirlos. También sortearon todas las convulsiones históricas del siglo xx: la depresión económica del 29 o la ocupación nazi de Francia y el auge del antisemitismo, cuya sombra acabó proyectándose sobre los negocios de Schueller. A través de estas dos existencias tan contrapuestas, brandon relata un denso entramado de rivalidades –que alcanzó su máxima intensidad en 1988, cuando L’Oréal adquirió la empresa de Rubinstein– y nos obliga a reflexionar sobre la mercantilización de la imagen en nuestra sociedad y los artificiales estándares de belleza.
 

La historia que les contó no tenía nada que envidiarle a la de Cenicienta. Doce años antes, en 1903, Helena Rubinstein, humilde emigrante polaca, abría su primer salón de belleza en Melbourne, Australia, un local de una sola habitación donde vendía tarros de crema facial artesanal. Las clientas abundaban, los costes de fabricación eran bajos, y la joven emprendedora tenía un gran talento comercial: en cuestión de dos años, se hizo rica. En 1915, ya era millonaria. Había logrado encandilar a Londres y París, y se disponía a conquistar Estados Unidos.
Pero hace falta algo más que un deslumbrante ascenso social para escribir un cuento de hadas, algo que apele a nuestros sueños más profundos. De esto precisamente trata la historia de Helena Rubinstein, su vida y la actividad profesional que desempeñó. Y es que todo lo que rodea la cosmética es sueño, más específicamente, el de un aspecto físico ideal y resistente al paso del tiempo.
En términos generales, el uso de los cosméticos queda más o menos aceptado dependiendo del papel que ocupe la mujer dentro de una sociedad determinada. Cuando Ovidio, en su Arte de amar, aconsejaba a sus lectoras que se perfumasen las axilas, llevasen las piernas afeitadas, se blanquearan los dientes, aplicaran «una capa de albayalde sobre la piel» o colorete si eran muy pálidas, que se adornasen las mejillas con «lunares postizos» y resaltaran el brillo de sus ojos con «ceniza fina», el poeta romano se dirigía a una sociedad en la que las mujeres gozaban de significativas libertades en todos los aspectos de la vida social (política aparte). Del mismo modo, en una famosa escena de El rizo robado, el poeta Alexander Pope mencionaba el tocador de la heroína, repleto de «borlas, polvos, lunares postizos, biblias y cartas de amor», y nos consta que su Belinda era libre de desempeñar un papel activo en la escena social de su tiempo. No obstante, en las sociedades donde este papel se limita a engendrar niños y a servir al marido, los cosméticos son tabú. Se ganan la ira de san Pablo o del Talmud, según el cual, «una esposa cuya belleza no se deba a los coloretes alarga el doble la vida de su marido y le procura paz de espíritu».
Y este criterio era el que aún predominaba en la sociedad del siglo XIX, especialmente en Gran Bretaña. El cronista social William Rathbone Greg se hacía eco de las ideas de su tiempo cuando, en 1862, escribía que la función de una mujer consistía básicamente en «completar, endulzar y embellecer la existencia de su prójimo».3 Sin embargo, y tras un siglo de represión durante el cual ninguna mujer respetable podía permitirse siquiera llevar un poco de colorete, Helena Rubinstein tuvo la suerte de llegar en el momento en que las mujeres se disponían a reivindicar nuevas libertades. Y sus rubíes, esmeraldas, perlas y diamantes (que no habrían desentonado en la cueva de Alí Baba), sus esculturas, cuadros, apartamentos y mansiones en Nueva York, Londres, París y la Costa Azul eran atributos que, como le gustaba a Madame, representaban esa repentina toma de poder. Y puesto que en la historia personal de Helena Rubinstein, la conquista fue una constante, parece lógico que la primera magnate, la primera millonaria, construyera su fortuna sobre la industria cosmética.
Y su vida se asemeja aún más a un cuento de hadas cuando se la contempla a través del prisma de sus memorias, que ella misma escribió, y que tan poca relación guardan con la realidad. «Siempre he creído que, cuando le preguntan su edad, una mujer tiene derecho a responder con evasivas hasta, digamos, alcanzar el umbral de los noventa», escribió en una época en la que ella misma ya había dejado atrás los ochenta. Y vaya si era evasiva... Así lo fue siempre, tanto con su edad como con los demás aspectos de su vida. Es cierto que acabó confesando (¡el año de su muerte!) haber nacido «un día de Navidad, a principios de los años setenta» (resultó ser en 1872), pero aseguró hasta el final que venía de una familia adinerada. Quizás había acabado tragándose el cuento de tanto contarlo. Según explicaba, su familia había vivido en una mansión cerca de Rynek, la antigua plaza de mercado, una zona acomodada situada en el centro de Cracovia. Su padre, «vendedor de comestibles al por mayor», era un intelectual que coleccionaba libros y exquisito mobiliario. Helena habría cursado sus estudios secundarios en el Gymnasium, antes de embarcarse en un primer ciclo en medicina. Sus hermanas, supuestamente, también asistieron a la universidad.

Demostrando a Darwin. La biología en clave matemática de Gregory Chaitin

CIENCIA (NF). Biología
CIENCIA (NF). Matemática
Febrero 2013
Metatemas MT 124
ISBN: 978-84-8383-451-0
País edición: España
160 pág.
14,42 € (IVA no incluido)

Al igual que, siglos atrás, la física realizó grandes avances gracias a que científicos como Galileo, Kepler o Newton se atrevieron a buscar las estructuras matemáticas que subyacen a la realidad, en Demostrando a Darwin el autor aspira a descubrir las estructuras algorítmicas de la biología. De este modo, Gregory Chaitin nos introduce en la metabiología, una disciplina relativamente nueva en la que las matemáticas se convierten en un valioso aliado de la biología.
Chaitin recurre a los primeros teóricos de la computación, como John von Neumann, Alan Turing o Kurt Gödel –cuyos trabajos dieron pie, a mediados del siglo xx, a la noción de software y a la creación de los primeros ordenadores–, y presenta un modelo matemático que demuestrauno de los postulados fundamentales de la teoría darwinista de la evolución: la selección natural de las especies a través de las mutaciones azarosas. Al equiparar el ADN con un software natural, Chaitin no sólo inaugura un debate científico fascinante, sino que nos obliga a mirar de modo muy novedoso tanto la biología como las matemáticas.
 

Este libro pretende desvelar la estructura matemática que subyace en lo más hondo de la biología para mostrar las ocultas entrañas matemáticas de la vida. Esta disciplina nueva, que yo llamo metabiología, sólo tiene tres años. Queda mucho por hacer. Por ejemplo, saber qué relevancia tendrá este trabajo teórico para la biología real. Sin embargo, creo que ha llegado el momento de presentar al mundo esta nueva forma de pensar la biología.
La creación de la metabiología vino provocada por la fascinante polémica que despertó el libro The Devil’s Delusion [El delirio del diablo], en el que mi amigo David Berlinski presenta una crítica mordaz del darwinismo y una comparación demoledora de la teoría biológica con la física teórica. El presente libro es mi respuesta a David; mi tentativa para encontrar un remedio.
Demostrando a Darwin es en realidad el curso «Metabiología: la vida como un software en evolución» que impartí entre abril y junio de 2011 en la Universidad Federal de Río de Janeiro, dentro del magnífico programa de epistemología e historia de la ciencia y la tecnología que dirige mi amigo matemático-poeta Ricardo Kubrusly. No es un curso de matemáticas, sino más bien un recorrido por la filosofía e historia de las ideas sobre cómo y por qué abordar la biología desde una perspectiva matemática.

Todo lo que se llevó el diablo de Javier Pérez Andújar

NARRATIVA (F). Novela
Febrero 2013
Fábula F 356
ISBN: 978-84-8383-454-1
País edición: España
304 pág.
9,56 € (IVA no incluido)

Con el entusiasmo de llevar la cultura a los pueblos más apartados, tres jóvenes maestros, un hombre y dos mujeres, se inscriben en las Misiones Pedagógicas. Salen en un camión cargado de libros dispuestos a montar en una aldea una biblioteca escolar, proyectar cine, hacer títeres y mostrar reproducciones de las grandes obras de la pintura. En el camino de este grupo se cruzará un adolescente descendiente de loberos, que viaja solitario en busca del único familiar que le queda, un tío suyo al que algunos han vuelto a ver por la zona a donde se dirigen los maestros. A lo largo de su peregrinaje, el chico irá encontrándose con ermitaños, pistoleros, aparecidos del más allá, compañías de variedades con mentalistas y pedómanos, lingüistas que han salido al camino para realizar trabajos de campo y estudiantes que recopilan relatos orales... El idealismo de los maestros se dará de bruces con una tierra brutal, y la violencia terminará por estallar con la aparición fatal de personajes inesperados. Y en medio de este torbellino, la novela vuelve a dar otro giro, para reaparecer entre talleres mecánicos y documentales de televisión. 


Cualquiera diría que hablas de la selva, Leopoldina.
Pues si no hablo de la selva, sí que me refiero a los salvajes. Lee en las informaciones de Cataluña, Aquilino, y te darás cuenta de lo que quiero deciros.
De nuevo tomó el catedrático el periódico y lo abrió por una hoja que anunciaba en un gran recuadro que ese día, encartadas en el Blanco y Negro, se ofrecían las treinta y dos primeras páginas de Los piratas de Venus, la sensacional novela de Edgar Rice Burroughs. Primero leyó para sí don Aquilino, y sacudió la mano admirado. A continuación volvió a leer las noticias en voz alta.
¡Es la repanocha! Un comerciante de Barcelona denuncia haber sido víctima de un atraco, y resulta luego que el dinero se lo había jugado en el frontón. La policía le encontró encima todas las papeletas de las traviesas, que alcanzaban aproximadamente el valor de lo que aseguraba le fue robado. ¡Y esta otra! En una carnicería de la calle Cultura de Santa Coloma de Gramanet entraron tres individuos con pistolas y la cara tapada con pañuelos, y amenazaron al dueño y a la dueña y a un comprador que estaba allí. El propietario opuso resistencia y los atracadores se liaron a tiros. Uno de los proyectiles alcanzó en el pecho a la tendera, y los ladrones se dieron a la fuga. La mujer se encuentra en estado muy grave. ¡Y aún sigue otra! En la calle Cortes de Barcelona, alrededor de las seis de la tarde, un hombre bien vestido detuvo un taxi y le pidió que le llevara a la calle París, esquina Independencia. Allí se subieron otros dos tipos, que pistola en mano obligaron al chófer a que los condujese a las inmediaciones del manicomio de San Andrés. Cuando llegaron, dos de los agresores se fueron con el taxi, y el tercero se quedó para vigilar al conductor. Al cabo de una hora, el que hacía de vigilante le dio permiso al taxista para irse, pero le advirtió de que si denunciaba el asunto lo pasaría mal. En cuanto al auto, le dijo que lo encontraría más tarde sin deterioro. Mientras tanto, los otros dos bandidos se presentaron en un almacén y despacho de licores, amenazaron con sendas pistolas ametralladoras al cajero, a dos operarios y a los clientes que había en el local, les obligaron a ponerse de cara a la pared con los brazos en alto y se llevaron cerca de cuatro mil pesetas. También les robaron a los particulares, y al presidente del Casino del Guinardó, que se encontraba en el lugar, le arrebataron ciento veinticinco pesetas. Vistos y no vistos se dieron a la fuga en el coche. Por las declaraciones de las víctimas, se cree que los ladrones eran gente experimentada ya que incluso tuvieron el cuidado de coger todos los efectos con un pañuelo para no dejar huellas. El Jefe Superior de Policía sospecha que detrás de estos elaborados atracos se encuentra un conocido matón de los bajos fondos de Barcelona, al que llaman el Caruso, y que suele andar en compañía de un pistolero tuerto, asimismo muy popular en bailes y casas de diversión de baja estofa.

K de Kinsey de Sue Grafton

NARRATIVA (F). Novela
POLICIACOS (F). Abecedario del crimen
Febrero 2013
Fábula F 3K
ISBN: 978-84-8383-456-5
País edición: España
360 pág.
9,56 € (IVA no incluido)

Lorna Kepler era guapa y obstinada, una solitaria a quien le gustaba coquetear con el peligro. Puede que muriera por esta razón. El caso es que, cuando encontraron su cadáver, estaba tan descompuesto que nadie pudo averiguar si había fallecido de muerte natural o no, y se archivó el caso. Sólo la madre, Janice Kepler, seguía interesada y convencida de que su hija había sido víctima de un crimen cuyo anterior autor permanecía en libertad. Cuando Kinsey le abrió la puerta de Investigaciones Millhone, no sabía que se vería arrastrada al infierno de los crímenes impunes, en los que sólo un pacto con el diablo puede apaciguar los inquietos fantasmas de las víctimas y liberar a los vivos que aquéllas han abandonado. Grafton lleva aquí a Kinsey a una zona sombría, profundamente turbadora, en la que los asesinos andan sueltos, sin remordimientos ni castigo.


Microcosmos de Lynn Margulis y Dorion Sagan

CIENCIA (NF). Filosofía de la ciencia
Febrero 2013
Fábula F 357
ISBN: 978-84-8383-455-8
País edición: España
328 pág.
9,56 € (IVA no incluido)

Microcosmos tiene la facultad de hacernos pensar, a partir de la experiencia y del conocimiento científicos, acerca de los eternos interrogantes existenciales del ser humano: qué hacemos aquí, de dónde venimos y, ante todo, hacia dónde vamos. Son científicos como Lynn Margulis los que cambian la visión preestablecida que tenemos del mundo que nos rodea y del que formamos parte. 
Hace miles de millones de años sólo había microbios y hoy existe, por ejemplo, la civilización humana. Cabe preguntarse, pues, cuál es la relación entre la especie humana y el resto de las formas vivas. Lyn Margulis ha desarrollado una de las teorías más imaginativas (¡y más bellas!) sobre cómo aquellos habitantes del microcosmos se «asociaron» para crear nuevas formas que, a su vez, lograron transformar el planeta en el que había de continuar la evolución que llega hasta nosotros. Nada parece ser exclusivo de la especie humana: sus poderes no son únicos, su existencia no es la culminación de nada.
Los microbios cubren nada menos que las cinco sextas partes de la historia de la vida, viven en nosotros y nosotros en ellos, ellos nos han «inventado», al ser ellos los que establecieron las bases químicas y estructurales fundamentales en las que todavía se basa cualquier forma de vida. La idea central de Margulis y Sagan es, pues, la simbiosis ; es decir seres simples especializados en diferentes funciones establecen sucesivas alianzas y pactos para crear superestructuras cada vez más generales y complejas. La idea de competencia y supervivencia del más apto desaparece, para ellos, frente a esta nueva idea, basada en la interacción continua, la cohabitación y la mutua dependencia de las distintas especies. Aprenderemos así, después de la lectura de este libro, cuál es el papel de la conciencia humana en esta prodigiosa saga.


Zapatos italianos de Henning Mankell

NARRATIVA (F). Novela
POLICIACOS (F). Otros
Febrero 2013
MAXI MAX 7/004
ISBN: 978-84-8383-651-4
País edición: España
376 pág.
9,56 € (IVA no incluido)

Fredrik Wellin, médico retirado, vive solo en una isla cercana a la costa sueca, hasta que la llegada de un antiguo amor al que abandonó en el pasado irrumpe en su monótono pero buscado aislamiento. Se trata de Harriet, quien, gravemente enferma, ha venido a pedirle que cumpla la antigua promesa de juventud de llevarla a una laguna al norte del país. Harriet trae consigo a Louise, una hija de ambos, de cuya existencia él nada sabía. Obligado, ahora, a asistir al lento final de Harriet y a crear unos vínculos paterno-filiales con quien, en realidad, es una desconocida, Fredrik iniciará un viaje hacia su propio dolor. Los errores del pasado sepultados en la soledad de la isla reavivan sus remordimientos. Entre ellos, el terrible secreto que lo alejó de la profesión y por el que decidió huir del mundo.
Así, el implacable invierno nórdico y el inhóspito paraje en el que habita el protagonista son un reflejo de su interior. Y la atmósfera de vacío y muerte que se extiende en esa inmensidad glaciar es el castigo que se inflinge a sí mismo. Atormentado por la culpa, Fredrik deberá saldar cuentas con el pasado para, ya en la vejez, recuperar la capacidad de vivir en compañía sin esconderse de la realidad.
Lejos de los excesos del melodrama, Mankell retrata con sobriedad a un hombre sacudido por la tragedia. En la mejor tradición literaria sueca, logra que el paisaje, desolador e inerme, dominado por el hielo que alcanza el horizonte, describa la elección vital de su protagonista. Arriesgada, existencialista y muy nórdica, Zapatos italianos es la oportunidad de descubrir la vertiente más intimista del gran maestro del género policiaco.


Desencuentros de Luis Sepúlveda

NARRATIVA (F). Cuentos
Febrero 2013
MAXI MAXI 013/7
ISBN: 978-84-8383-652-1
País edición: España
248 pág.
7,64 € (IVA no incluido)

Como si la vida estuviera hecha de un cúmulo de imperceptibles fallos, que convierten con frecuencia los deseos, los amores, las amistades, los sueños, los proyectos políticos, todo aquello en fin que realmente cuenta para cualquier ser humano, en inexorables desvíos del destino, estas veintisiete historias van desgranando situaciones marcadas por deslices, quiebros y desencuentros que, por una razón u otra, no han sabido o no han podido evitar. A veces la desventura ajena hace reír, y otras, cuando ésta se convierte en espejo de uno mismo, hace pensar. Así son estas historias: conmovedoras, risibles, ensoñadoras, todas entretenidas. Y nos conducen a lugares lejanos, a misteriosas intrigas, a extrañas conspiraciones, a cafés portuarios, pero también a cuartos oscuros, a pequeños talleres, a librerías de viejo, poblados de personajes estrafalarios o corrientes, pero todos, sin saberlo, en el filo de una navaja.

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