El guardián invisible de Dolores
Redondo
ISBN: 978-84-233-4198-6
Lomo 1250
Presentación: Rústica con solapas
Colección: Áncora & Delfin
«Ainhoa Elizasu fue la
segunda víctima del basajaun, aunque entonces la prensa todavía no lo llamaba
así. Fue un poco más tarde cuando trascendió que alrededor de los cadáveres
aparecían pelos de animal, restos de piel y rastros dudosamente humanos, unidos
a una especie de fúnebre ceremonia de purificación. Una fuerza maligna,
telúrica y ancestral parecía haber marcado los cuerpos de aquellas casi niñas
con la ropa rasgada, el vello púbico rasurado y las manos dispuestas en actitud
virginal.»
En los márgenes del río Baztán, en el valle de Navarra, aparece el cuerpo desnudo de una adolescente en unas circunstancias que lo ponenen relación con un asesinato ocurrido en los alrededores un mes atrás.
La inspectora de la sección de homicidios dela Policía Foral, Amaia Salazar, será la encargada de dirigir una investigación que la llevará devuelta a Elizondo, una pequeña población de donde es originaria y de la que ha tratado dehuir toda su vida. Enfrentada con las cada vez más complicadas derivaciones del caso y con sus propios fantasmas familiares, la investigación de Amaia es una carrera contrarreloj para dar con un asesino que puede mostrar el rostro más aterrador de una realidad brutal al tiempo que convocar a los seres más inquietantesde las leyendas del Norte.
En los márgenes del río Baztán, en el valle de Navarra, aparece el cuerpo desnudo de una adolescente en unas circunstancias que lo ponenen relación con un asesinato ocurrido en los alrededores un mes atrás.
La inspectora de la sección de homicidios dela Policía Foral, Amaia Salazar, será la encargada de dirigir una investigación que la llevará devuelta a Elizondo, una pequeña población de donde es originaria y de la que ha tratado dehuir toda su vida. Enfrentada con las cada vez más complicadas derivaciones del caso y con sus propios fantasmas familiares, la investigación de Amaia es una carrera contrarreloj para dar con un asesino que puede mostrar el rostro más aterrador de una realidad brutal al tiempo que convocar a los seres más inquietantesde las leyendas del Norte.
Mientras descendía por la
pendiente, arañada a la roca por el río milenario, vio a lo lejos los focos y
las cintas que delimitaban el perímetro de acción de los agentes. A un lado, la
jueza Estébanez hablaba en voz baja con el secretario judicial mientras dirigía
miradas de soslayo hacia el lugar donde estaba el cuerpo. A su alrededor, dos
fotógrafos de la policía científica hacían llover sus flashes desde todos los
angulos. Junto al cadáver se arrodillaba uno de los técnicos del Instituto
Navarro de Medicina Legal, que parecía estar tomando la temperatura del hígado.
Amaia comprobó satisfecha que todo
el personal presente respetaba el paso que los primeros agentes llegados a la
zona habían delimitado para entrar y salir del área acordonada. Aun así, como
siempre, le pareció que había demasiada gente. Era un sentimiento rayano en lo
absurdo que quizá procediera de su educación católica, pero invariablemente,
cuando tenía que estar frente a un cadáver, le urgía esa necesidad de intimidad
y recogimiento que la abrumaba en los cementerios y que se veía violada con la
presencia profesional, distante y ajena de los que se movían alrededor de aquel
cuerpo, único protagonista de la obra de un asesinato y, sin embargo, mudo,
silenciado, ignorado en su horror.
Se acercó despacio, observando el
lugar que alguien había elegido para la muerte. Junto al río se había formado
una playa de piedras grises y redondeadas, seguramente arrastradas por las
crecidas de la anterior primavera, una lengua seca de unos nueve metros de
ancho que se extendía hasta donde ella podía ver, a la escasa luz del
incipiente amanecer. La otra margen del río, de apenas cuatro metros de
anchura, se internaba en un bosque profundo que se tornaba más denso a medida
que se penetraba en él. La inspectora esperó unos segundos mientras el técnico
de la policía científica terminaba de fotografiar el cadáver; cuando éste hubo
acabado se acercó, situándose a los pies de la niña, y, como tenía por costumbre,
vació su mente de pensamiento alguno, miró el cuerpo que yacía junto al río y
musitó una breve oración. Sólo entonces se sintió preparada para mirarla como
la obra de un asesino.
Ainhoa Elizasu había tenido en vida
unos hermosos ojos castaños que ahora miraban al espacio infinito suspendidos
en un gesto que era de sorpresa. La cabeza, levemente inclinada hacía atrás,
dejaba ver un trozo de burdo cordel que se había hundido en la carne de su
cuello hasta casi desaparecer. Amaia se inclinó sobre el cuerpo para ver la
ligadura.
Señoría de Jaume Cabré
ISBN: 978-84-233-4135-1
Lomo 1249
Presentación: Rústica con solapas
Colección: Áncora & Delfin
Traductor: Daniel Royo
Invierno de 1799. No
deja de llover en Barcelona y la ciudad parece paralizada, pero la frívola vida
de la aristocracia borbona sigue su curso. Su única preocupación parece ser
celebrar el cambio de siglo: Te Deum en la catedral, recepciones en lujosos
salones…
Entonces, el asesinato de una cantante francesa conmueve al pueblo y a la alta sociedad. Se detiene a un sospechoso, un joven poeta que se encuentra en el lugar inadecuado en el momento más inoportuno, y se le declara culpable, tanto más cuando se descubren en su posesión unos documentos que pueden acarrear la caída de «su señoría» don Rafael Massó. Se trata de la más alta autoridad judicial de Cataluña, que acaba de ocupar el cargo de regente civil de la Real Audiencia de Barcelona, un hombre con la potestad de perdonar o condenar con la vida las faltas de los demás, que, por su parte, tiene una debilidad: la pasión por las mujeres hermosas.
A la inocencia de un acusado privado de su derecho a defenderse, se suma la culpabilidad y la corrupción de su señoría que, él sí, tiene mucho que esconder. Una novela arrolladora que es una imponente reflexión sobre el poder, la justicia y las pasiones humanas.
«Jaume Cabré merece ser reconocido como lo que es, uno de los grandes de la literatura mundial.» Qué Leer
Entonces, el asesinato de una cantante francesa conmueve al pueblo y a la alta sociedad. Se detiene a un sospechoso, un joven poeta que se encuentra en el lugar inadecuado en el momento más inoportuno, y se le declara culpable, tanto más cuando se descubren en su posesión unos documentos que pueden acarrear la caída de «su señoría» don Rafael Massó. Se trata de la más alta autoridad judicial de Cataluña, que acaba de ocupar el cargo de regente civil de la Real Audiencia de Barcelona, un hombre con la potestad de perdonar o condenar con la vida las faltas de los demás, que, por su parte, tiene una debilidad: la pasión por las mujeres hermosas.
A la inocencia de un acusado privado de su derecho a defenderse, se suma la culpabilidad y la corrupción de su señoría que, él sí, tiene mucho que esconder. Una novela arrolladora que es una imponente reflexión sobre el poder, la justicia y las pasiones humanas.
«Jaume Cabré merece ser reconocido como lo que es, uno de los grandes de la literatura mundial.» Qué Leer
–Nando, ¿por qué no tocas tú?
¿Quieres que te anuncie?
–Pobre de ti.
De la puerta que se abría en el
lado opuesto de la estancia salió una mujer grandiosa, opulenta, inabarcable,
no tanto por su estricto volumen como por la aureola y el gesto que adoptaba. Marie
de l'Aube Desflors, el ruiseñor de Orleans, saludó el marqués (aussi grincheux)
con una larga reverencia y acto seguido dedicó otra estrictamente política al
capitán general y una raquítica tercera al resto de la concurrencia. Como para
dejar claro quién pagaba. Fue entonces cuando muchos se dieron cuenta de que,
por detrás de tanta señora había aparecido, salido de la nada, un hombre
vestido de gris, con sotabarba, andares tímidos y triste mirada, que nadie
sabía que se llamaba monsieur Vidal y que se había situado discretamente junto
al pianoforte con la actitud evidente de esperar órdenes. Poco a poco, los
invitados del marqués de Dosrius cesaron en sus aplausos y la cantante, después
de escupir unas palabras conminatorias a su pianofortista, sonreír al público y
aclararse discretamente la garganta, cogió aire y cerró los ojos para atacar
los primeros compases del pianoforte.
El gran salón del palacio del
marqués de Dosrius se llenó de música. Su magia inmovilizó a los invitados.
Como si se tratara de un cuadro de Tremulles o de Bayeu: los hombres en pie,
los mayores con peluca, los jóvenes con los cabellos tal cual, las señoras
sentadas, todos los ojos convergían en el mismo lugar. Las jovencitas, con el
pecho anhelante y los ojos ligeramente lacrimosos. El marqués, incorporándose
en su silla de ruedas, se apoyaba en su bastón de empuñadura de plata. El
capitán general reprimía un bostezo con consumada destreza y hacía cálculos a
propósito de los pechos de la cantante. En el fondo, a unos pasos de los
jóvenes que sostenían la pared, un lacayo transfigurado por la inmovilidad y el
barroco uniforme semejaba una estatua. En una consola provista de espejo, cerca
de una puerta, unas bandejas con canapés y bebidas esperaban su turno. Y junto
al ventanal mayor, Marie de l’Aube Desflors, una mano indolentemente apoyada en
el pianoforte y la otra sobre el pecho, como si quisiera evitar que el corazón
le saliera desbocado a perseguir el amor en medio del salón, desovillaba su
impresionante «je parlerai de mon tourment» con una voz que hacía años que no
se oía en Barcelona. A maître Vidal, que acariciaba apasionadamente las teclas,
estaban a punto de saltársele las lágrimas, vaya usted a saber si por razones
estrictamente profesionales o porque aquella voz cálida y sensual lo emocionaba
igual que a Andreu, el joven de cabellos rizados. Y es que Andreu siempre había
creído que, detrás de la magia de una voz bonita, se escondía una atracción
estrictamente sensual. Conmovido por la canción, ya se había enamorado de la
Desflors. Apretó la mano de su amigo, que sonrió porque lo conocía tan bien que
ya sabía lo que le pasaba.
La última canción del recital de la
Desflors acabó con un silencio sorprendido, insatisfecho. Los invitados
esperaban a que el marqués iniciara los aplausos, pero el hombre, hechizado por
el recuerdo de la voz, continuaba inmóvil, apoyándose en el bastón, con la
mirada iluminada. Y es que el único instante en que el marqués de Dosrius se
olvidaba de ser un impertinante era cuando oía música. Junto a él, el capitán
general, que entre la cuarta y la quinta canción había echado una cabezadita,
hacía esfuerzos sobrehumanos para no tomar la iniciativa, por más que el
protocolo indicara que él era la máxima autoridad en aquel salón, o sea, que
por muchos marqueses, condes y barones que pudiera haber allí, el capitán general
siempre es la Autoridad Con Mayúsculas. No obstante, el protocolo decía que el
marqués era el primero en batir las palmas, y lo mismo que si se tratara de una
ordenanza, el capitán general la cumplía. La Desflors, un poco desorientada,
poco acostumbrada a los silencios a su alrededor, suspiró para participar a los
presentes que ya había terminado. El marqués, ayudado por el suspiro, despertó
de su sueño. Dio un golpe en el suelo con el bastón y todo el mundo, aliviado,
aplaudió. Habían sido tres o cuatro segundos muy difíciles.
La codicia de Guillermo de Orange
de Germán Gullón
304 páginas
ISBN: 978-84-233-4228-0
Lomo 1251
Presentación: Rústica con solapas
Colección: Áncora & Delfin
La derrota de Holanda
en el Mundial de fútbol ante España en 2010 es vivida como una ofensa por Joost
van der Linden, un empresario nostálgico de la gloria del imperio holandés, que
no oculta su racismo contra los españoles. Linden, con sus socios Sloterdijk y
Toorn, está al frente de una corporación llamada Orange, en honor al monarca
que se rebeló contra las tropas de Felipe II, construida con el fin de
desacreditar a España y enriquecerse atacando acciones de bancos que no pasan
por su mejor momento para benefificiarse del alto interés de la deuda pública.
Para manchar la reputación del país, recurren al soborno de autoridades universitarias, corresponsales de prensa, e incluso al crimen. Pero entonces tropiezan con Ellen, una joven que viaja a España para ayudar a entrenar a la selección de hockey, y que no se quedará de brazos cruzados. Gracias a la ayuda de un grupo de periodistas y profesores, Ellen consigue poner contra las cuerdas a la organización, sacando a la luz los trapos sucios de la alta conspiración financiera.
Para manchar la reputación del país, recurren al soborno de autoridades universitarias, corresponsales de prensa, e incluso al crimen. Pero entonces tropiezan con Ellen, una joven que viaja a España para ayudar a entrenar a la selección de hockey, y que no se quedará de brazos cruzados. Gracias a la ayuda de un grupo de periodistas y profesores, Ellen consigue poner contra las cuerdas a la organización, sacando a la luz los trapos sucios de la alta conspiración financiera.
Eclipse (A la sombra del dominio económico
chino) de Arvind Subramanian
352 páginas
ISBN: 978-84-233-4418-5
Lomo 234
Presentación: Rústica con solapas
Colección: Imago Mundi
Traductor: Juanjo Estrella González
Año 2021: el presidente
estadounidense visita el Fondo Monetario Internacional para solicitar fondos de
rescate a China, la primera potencia económica del planeta, que a cambio exige
a Estados Unidos la retirada de sus bases navales en el Pacífico. Con esta
escena sin duda profética arranca Eclipse, una obra que parte de la
idea, sólidamente argumentada por el profesor Arvind Subramanian, de que la
anunciada supremacía económica de China ya está aquí, y de que Estados Unidos,
el autoproclamado líder del mundo occidental, muestra todos los síntomas de
decadencia —crecimiento lento, parálisis política, debilidad fiscal, y una
clase media que pierde capacidad adquisitiva a marchas forzadas— que en otras
épocas mostraron imperios como el británico antes de su definitivo declive.
Con todos los datos en la mano, Subramanian formula un pronóstico: que cuando la economía china termine de desplegar sus alas, su dominio llegará mucho más allá de lo que jamás ha llegado el de Estados Unidos, y llevará al país oriental a convertirse en una gran potencia mundial, no sólo mayor que su predecesora, sino la más importante que haya existido nunca.
«La mejor de una serie de publicaciones recientes sobre la pesadilla nacional estadounidense. Subramanian es el más convincente de quienes sostienen que la hegemonía de Estados Unidos tiene los días contados.» ANDY ROBINSON, La Vanguardia
«Un libro valiente, inteligente y adecuadamente controvertido.» Financial Times
Con todos los datos en la mano, Subramanian formula un pronóstico: que cuando la economía china termine de desplegar sus alas, su dominio llegará mucho más allá de lo que jamás ha llegado el de Estados Unidos, y llevará al país oriental a convertirse en una gran potencia mundial, no sólo mayor que su predecesora, sino la más importante que haya existido nunca.
«La mejor de una serie de publicaciones recientes sobre la pesadilla nacional estadounidense. Subramanian es el más convincente de quienes sostienen que la hegemonía de Estados Unidos tiene los días contados.» ANDY ROBINSON, La Vanguardia
«Un libro valiente, inteligente y adecuadamente controvertido.» Financial Times
La manada inteligente (Cómo trabajar y comunicarse de
un modo eficiente y tomar mejores decisiones siguiendo el ejemplo de rebaños,
enjambres y colonias) de Peter Miller
336 páginas
ISBN: 978-84-233-4588-5
Lomo 238
Presentación: Rústica con solapas
Colección: Imago Mundi
Traductor: Albert Vitó i Godina
¿Cómo es posible que la
hormiga, en solitario uno de los animales más torpes que existen, sea capaz de
llevar a cabo tareas extraordinariamente complejas cuando actúa en grupo? ¿Una
hormiga sola no es inteligente pero una colonia de hormigas sí? Las últimas
investigaciones indican que eso es justo lo que ocurre. Cuando trabajan juntas,
las hormigas se relacionan entre sí y con su entorno de tal modo que consiguen
afrontar la incertidumbre de forma muy eficaz. Tanto, que a los humanos podrían
enseñarnos mucho acerca de cómo organizarnos.
A partir de la observación de las colonias de hormigas, Peter Miller nos muestra cómo es posible resolver los problemas de distribución de una gran empresa; de los enjambres de abejas aprenderemos que un grupo lo suficientemente grande y variado de personas dará con la respuesta correcta a una pregunta mejor que un grupo de expertos, y del funcionamiento de las termitas deduciremos que una multitud de pequeñas acciones pueden contribuir a crear algo útil, en la línea de los wikis. Todo ello deja vislumbrar un futuro en el que los humanos podremos desarrollar una ciencia de la colaboración que nos permitirá aprovechar lo mejor del trabajo en grupo y en la que internet desempeñará, sin duda alguna, un papel fundamental.
«Lo que la ciencia acaba de demostrar —que la razón no es la única fuente ni la más importante de conocimiento— muchos animales no humanos lo habían demostrado hace millones de años. ¿Cómo descartar el peso abrumador de la intuición y de los mecanismos de toma de decisiones distintos del nuestro?» EDUARDO PUNSET
A partir de la observación de las colonias de hormigas, Peter Miller nos muestra cómo es posible resolver los problemas de distribución de una gran empresa; de los enjambres de abejas aprenderemos que un grupo lo suficientemente grande y variado de personas dará con la respuesta correcta a una pregunta mejor que un grupo de expertos, y del funcionamiento de las termitas deduciremos que una multitud de pequeñas acciones pueden contribuir a crear algo útil, en la línea de los wikis. Todo ello deja vislumbrar un futuro en el que los humanos podremos desarrollar una ciencia de la colaboración que nos permitirá aprovechar lo mejor del trabajo en grupo y en la que internet desempeñará, sin duda alguna, un papel fundamental.
«Lo que la ciencia acaba de demostrar —que la razón no es la única fuente ni la más importante de conocimiento— muchos animales no humanos lo habían demostrado hace millones de años. ¿Cómo descartar el peso abrumador de la intuición y de los mecanismos de toma de decisiones distintos del nuestro?» EDUARDO PUNSET
El cuaderno gris de Josep Pla
ISBN: 978-84-233-4315-7
Lomo 13
Presentación: Rústica con solapas
Colección: Destino Clásicos
Traductores: Dionisio Ridruejo |
Gloria de Ros
Al abrir El cuaderno
gris es mucho lo que puede asombrar al lector: una conversación cazada al
vuelo en un café; una sentencia (casi un aforismo) oída o pronunciada como por
casualidad, capaz de condensar el sentimiento de toda una época; la sucinta y
emotiva descripción de un paisaje; descarnados apuntes de crítica literaria; un
afilado juicio político, hilvanado en medio de consideraciones sobre el tiempo,
la higiene, la salud, las mujeres o la gastronomía… Todo esto y mucho más
contiene el dietario que Josep Pla (Palafrugell, 1897-Llofriu, 1981) escribió
entre marzo de 1918 y noviembre de 1919, siendo un joven estudiante de Derecho
al que el cierre de la universidad, a causa de la Gran Guerra, obliga a
interrumpir sus estudios en Barcelona y regresar a su pueblo natal, donde se entretiene,
con constancia de grafómano, en escribir sus impresiones sobre el día a día en
un cuaderno gris. Observador minucioso, Pla proyectará a posteriori sobre sus
apuntes de juventud, laboriosamente reelaborados, toda una vida de corresponsal
—El cuaderno gris acaba justo antes de que el joven Pla parta hacia
París, el primero de sus destinos en el extranjero—, ya sea en Francia tras el
fin de la guerra, en Roma durante el despunte del fascismo o en el Madrid de la
Segunda República. Tras un período retirado de la vida pública, en los
años cincuenta retoma los viajes porel mundo a instancias de Josep Vergés,
histórico editor de Pla en Destino, quien también le convencerá para editar su
obra completa, 46 volúmenes que se abrirán en 1966 precisamente con este libro.
Traducido años después al castellano por Dionisio Ridruejo y su mujer, Gloria de Ros, El cuaderno gris llega hoy hasta nosotros revisado por Narcís Garolera, catedrático de Filología Catalana de la Universitat Pompeu Fabra, y vuelve, así, a lucir como lo concibió Pla: un libro de vida que es también valioso testimonio de una época y el mejor exponente de la obra de uno de los más grandes de la literatura catalana.
Traducido años después al castellano por Dionisio Ridruejo y su mujer, Gloria de Ros, El cuaderno gris llega hoy hasta nosotros revisado por Narcís Garolera, catedrático de Filología Catalana de la Universitat Pompeu Fabra, y vuelve, así, a lucir como lo concibió Pla: un libro de vida que es también valioso testimonio de una época y el mejor exponente de la obra de uno de los más grandes de la literatura catalana.
A la novela de Dolores Redondo le están haciendo una publicidad impresionante, debe de estar muy bien, y la de Jaume Cabré también me llama la atención, tengo ganas de leer algo de este autor. Buen fin de semana.
ResponderEliminarA mi me gustaría leer ambas, me gusta mucho como escribe Cabré, y el libro de Dolores Redondo estoy deseando poder leermelo, me llama muchisimo la atencion. Muchas gracias por comentar.
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