Ōgai
Mori
La
bailarina
Las
posteriores parecían escritas en un estado de gran angustia y cada una de ellas
empezaba de la misma forma: «¡Ay! Solo ahora me doy cuenta de lo profundo de mi
amor por ti. Me dijiste que no tienes parientes cercanos en tu país y que te
quedarías aquí si encontrabas los medios de vida adecuados para salir adelante,
¿no es cierto? Mi amor te mantendrá aquí unido a mí. Incluso si eso resultara
imposible y te vieras obligado a regresar a tu país, podría acudir con mi madre
para reunirme contigo sin demasiadas dificultades. ¿Pero de dónde sacaría yo el
dinero para el pasaje? Mi intención ha sido siempre quedarme aquí hasta el día
en que te hagas famoso. Haré lo que tenga que hacer. Pero el dolor por nuestra
separación se hace cada día más profundo aunque tu ausencia se deba solo a un
corto viaje y no hayas estado lejos de mí ni siquiera veinte días. Fue un error
pensar que tu partida sería solo un dolor momentáneo. Finalmente, mi embarazo
empieza a resultar obvio. No puedes abandonarme ahora, pase lo que pase. Me peleo
a menudo con mi madre. Pero se ha rendido. Ahora ve que estoy mucho más
decidida de lo que he estado nunca. Ella habla de quedarse con unos parientes
lejanos que viven en una granja cerca de Stettin cuando me marche contigo. En
tu última carta me decías que estás desempeñando un trabajo importante para el
ministro. Si es así, encontraremos la forma de pagar el billete. ¡Cuánto anhelo
el día de tu regreso a Berlín!».
Hace un par de veranos me leí este librito. Es una historia preciosa pero también triste que me dejó un sabor agridulce. Que disfrutes de la lectura ;)
ResponderEliminarBesos!
Mika
He disfrutado un monton, como tu dices, es triste y bella al mismo tiempo. Para mi ha sido un placer de lectura.
EliminarUn abrazo
FJ