Gonzalo
Garrido
Las
flores de Baudelaire
—¿Qué
clase de productos? —solicitó un cuarto.
—Productos
de primera necesidad en los tiempos que corren —respondió Fran, cínico. Para
entonces, la imaginación de alguno de los asistentes había despertado—. La
propuesta que he recibido es simple: venta de jabón con suficiente aporte
químico que, una vez tratado en Alemania, pueda ser transformado en
nitroglicerina. Sencillo, ¿verdad?
—¿Hablamos
de lo que entiendo que hablamos? —dijo un consejero que había intervenido con
anterioridad, sin atreverse a pronunciar la palabra «armamento».
—Hablamos
de munición —dijo Fran—, el gran negocio de nuestra época. Pago al contado. Los
márgenes son brutales.
—Vender
armas supone perder la neutralidad. Está prohibido por la Conferencia
Internacional de La Haya —intervino Ávila.
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