lunes, 16 de julio de 2012

El ruletista de Mircea Cărtărescu

Gracias a la editorial Impedimenta por cederme un ejemplar de  El Ruletista

Un enigmático personaje es el protagonista de este relato que trata la historia contada por aquel que vio a su amigo llevarse un revolver a la sien. Este hombre es un ser triste, de mirada seria casi de muerto y de porte correcto. El narrador oculto nos lleva a la dura de vida de los ruletistas, muchos de ellos pobres y vagabundos que, tras sobrevivir a este macabro juego reciben una gran compensación.


Cărtărescu nos cuenta una dura y desgarradora a la vez que escalofriante historia, con un tono poético, casi onírico, capaz de helarnos por dentro y no darnos un segundo de respiro hasta que demos fin al pequeño relato. Una gran e imprescindible historia sobre la naturaleza humana sobre la locura de la humanidad frente al dinero y los bajos fondos donde se esconden las apuestas de los pudientes en un divertimento cruel e inhumano a la sociedad más pobre. Una dura critica al capitalismo desenfrenado carente de cualquier escrúpulo frente al estamento más desfavorecido de la sociedad, los vagabundos. Un relato prohibido durante años en Rumanía por lo explicito de la historia, el suicidio como moneda de cambio y diversión. En palabras de Marian Ochoa de Eribe Urdinguio en su introducción: «En cuanto al magnifico relato que tienen entre manos, «El Ruletista», hay que señalar, en primer lugar, que ilustra de forma admirable las dos coordenadas fundamentales en que se encuadra la obra de Cărtărescu, el postmodernismo y el onirismo. El texto define una poética en que la mimesis trastorna por completo la relación entre lo real y la ficción. En el desvelamiento de las partidas de ruleta rusa, en esa espiral de muerte que sólo puede conducir a la muerte, el autor está de hecho jugando otra partida, una partida estrictamente literaria en la que el lector se ve atrapado como si de una tela de araña se tratara. La literatura se concibe como un juego, como una apuesta extrema en la que la realidad —aquí radica la propuesta genial de Cărtărescu— decide convertirse en ficción, y el narrador se va despojando de lo inmediato a la espera de encerrarse definitivamente en un mundo de ficción, por él construido.»

Recomendado para aquellos a los que les gusten los libros que trasmiten sensaciones de vértigo y dureza, este es uno de ellos que no podrás olvidar. También para aquellos a los que les gusten aquellos relatos largos que, además de ser de gran calidad hacen reflexionar sobre nuestra forma de vida actual. Y por último para aquellos que quieran conocer a un autor nuevo con una forma de escribir única y, a la vez, en la de ver nuestro mundo cruel desde una perspectiva singular, en este caso desde un cronista.

Extractos:

A veces me colma la felicidad la idea de que tal vez Dios no exista. Aquello que unos años antes me parecía un paraíso sangriento (mi vida en esa época se me representa en un raccourci verdoso, parecido al Cristo de Mantegna), ahora me resulta un infierno edulcorado por el olvido, pero no menos posible y, por tanto, terrorífico. La primera vez que descendí a aquel sótano, me decían, para insuflarme valor, que solo la primera partida resulta difícil de soportar, que luego el aspecto «anatómico» de la ruleta no solo deja de causarte disgusto, sino que llegas a descubrir en él el auténtico y dulce encanto de ese juego; al que se le cuela la sangre, añadían, le llega a resultar tan necesario como el vino o las mujeres.

Durante dos años, hasta nuestro reencuentro en el restaurante, el Ruletista se había llevado el revólver a la sien en ocho ocasiones, por diferentes sótanos del sucio laberinto de los cimientos de nuestra ciudad. Me contaron (y más adelante pude convencerme por mí mismo) que cada una de las veces, en su rostro torturado, de frente estrechísima, asomaba una abrumadora expresión de espanto, un pánico animal que resultaba insoportable para los espectadores. Era como si ese miedo reduplicara su suerte y le ayudara a escapar con vida. Su tensión emocional llegaba al punto culminante  cuando apretaba bruscamente el gatillo con lo ojos cerrados y una mueca sarcástica en los labios. Se oía un breve clic e, inmediatamente después, su cuerpo de huesos pesados caía blandamente al suelo, desmayado pero ileso.

Editorial: Impedimenta
Autor: Mircea Cărtărescu
Páginas:  64
Precio: 9,95 euros

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