lunes, 12 de marzo de 2012

Novedades, marzo de 2012: Impedimenta

El cristiano mágico de Terry Southern

Traducción de Enrique Gil-Delgado

ISBN: 978-84-15130-39-0
Encuad: Rústica
Formato: 13 x 20 cm
Páginas: 152
PVP: 17,30 €

Guy Grand es un millonario excéntrico (el último de los grandes derrochadores) decidido a crear desorden en el mundo y dispuesto a no escatimar gastos para conseguirlo. Tras una vida marcada por las bromas pesadas y los planes enloquecidos, su último objetivo consiste en probar su teoría acerca de que nadie puede resistirse al poder del dinero, y que, por conseguirlo, cualquiera haría lo que se le pidiera, por más degradante que fuese. En el universo de Guy Grand, todos tienen un precio, y él está dispuesto a pagarlo.
El cristiano mágico, jamás hasta hoy traducida al castellano, es una sátira sobre la obsesión americana por la grandeza, el poder, el dinero, la televisión, las armas y el sexo. Una novela hilarante, original y perversa, firmada por un auténtico genio de la comedia.


El alojamiento en dichos trenes era hasta cierto punto limitado, y, aunque él siempre procurase reservarse para sí lo mejor de lo mejor, Guy Grand tenía que conformarse a menudo con pequeños compartimentos apenas equipados con algo más que las comodidades esenciales. A pesar de ello, aceptaba la situación alegremente; y con ese talante fue como, aquella tarde de verano, exactamente a las 14.05, abordó con paso optimista (considerando lo abultado de su porte, ya que, a sus cincuenta y tres años, estaba bas­tante rollizo) el primer coche cama del Portland Plougher. Una vez instalado en su compartimento, se embarcó en la placentera rutina de prepararse para el largo y despacioso periplo que lo llevaría hasta Nueva York. Como tenía por costumbre, llamó al mozo de inmediato y le pidió una bo­tella grande de Campari y otra de agua mineral helada. A continuación, se sentó ante su escritorio para despachar la correspondencia comercial.

Gabrielle de Bergerac de Henry James

Traducción de Eduardo Berti

ISBN: 978-84-15130-29-1
Encuad: Rústica
Formato: 13 x 20 cm
Páginas: 136
PVP: 16,95 €

La joven Gabrielle de Bergerac ha tenido la fortuna de nacer en una familia ilustre de la nobleza rural francesa previa a la Revolución. Pero también la desgracia de no contar con bienes propios, circunstancia que hará que cualquier indicio de curiosidad vital, de inquietud intelectual, quede ahogado ante la perspectiva de elegir entre dos opciones igualmente sombrías: o un matrimonio favorable o el claustro. Su carácter noble y su naturaleza indagadora quedarán al descubierto cuando en su cerrado círculo social aparece Coquelin, el preceptor de su sobrino, un hombre pobre pero capaz de demostrar que la audacia, el saber y la belleza son valores que nada tienen que ver con la clase social.

Ficha del libro

—Es hora de que aprendas a leer y a escribir. ¿Por qué te sonrojas?
—Yo sé leer —contesté.
Mi padre abrió grandes los ojos.
—Vaya, ¿quién te ha enseñado?
—Lo aprendí en un libro.
—¿Qué libro?
Alcé los ojos y contemplé a mi padre antes de respon­der. Su mirada era reluciente y había en su rostro un lige­ro rubor, pero yo ignoraba si esto era indicio de placer o de ira. Me aparté de él y fui al salón, donde recogí de un armario un tomo suelto del Roman comique de Scarron. Como hacer esto me había obligado a atravesar la casa, estuve ausente unos minutos. Al regresar, me topé con un extraño en la terraza. Un hombre joven, humildemente vestido y con bastón, había subido por el sendero y se hallaba frente a mi padre, con el sombrero en la mano. En la otra punta de la terraza se encontraba mi tía. Sentada en el parapeto, jugaba con un cuervo negro que teníamos en una jaula, en la ventana del comedor. Me refugié con mi libro junto a mi padre y desde allí examiné al visitan­te. Era un joven de unos veintiocho años, ojos negros y piel tostada por el sol, mediana estatura, espaldas anchas, cuello corto y algo cojo de una pierna. Parecía cubier­to de polvo, exhausto y pálido. Recuerdo que había algo atractivo en su palidez, pero yo ignoraba, claro, que esta palidez se debía tan solo a que se hallaba hambriento.

2 comentarios:

  1. Me encantan los libros que siempre edita Impedimenta. Cada vez me sorprenden más los títulos que nos ofrece su variado catálogo. Estos dos que nombras en esta entrada me han llamado mucho la atención. Apuntaditos quedan ;)

    Besos!

    Mika

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A mi tambien me encantan, su forma de editarlos sobre todo, es una gran editorial que con sus libros nunca me ha decepcionado.

      Eliminar

Pinterest

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...