lunes, 21 de noviembre de 2011

Henning Mankell sobre el ataque terrorista de Noruega

El noruego de 32 años de edad, que ha confesado haber matado a más de 70 personas, solicitó dos cosas para su comparecencia ante el tribunal: que quería ponerse un uniforme, y también, que la audiencia sea abierta.
Ello hace que lo sucedido sea más complicado. Parece que el hombre que cometió este horrible crimen ha desarrollado una agenda política para defender sus acciones. No puede definirse simplemente como un "loco", es algo más. Él se considera un soldado y piensa que tiene algo importante que expresar.
La pregunta es, ¿qué?
Quizás podemos encontrar la respuesta en un libro que el filósofo judío-alemán Hannah Arendt escribió durante un juicio en Israel en 1961 sobre Adolf Eichmann. Para aquellos que no recuerden el caso, Eichmann había sido el nazi temido que no dudó en llevar a cabo las órdenes que recibió sobre el exterminio en masa de los Judios, gitanos y otras personas mentalidad diferente a la de Hitler, las cuales, deberían ser eliminados de la faz de la tierra. Él había estado huyendo desde que la Alemania nazi se disolvió en la primavera de 1945, pero fue capturado por agentes del Mossad en Argentina y llevado en secreto a Israel. Fue condenado a muerte y posteriormente ejecutado en la horca.
En su libro Eichmann en Jerusalén: Un informe sobre la banalidad del mal, Arendt trata de comprender la mente de las personas que están dispuestos a matar indiscriminadamente a sus compañeros humanos sin remordimiento y empatía. A menudo son personas normales que aman sus jardines y jugar con sus perros y sus hijos. Nadie en la calle sospecha que sean un asesino trastornado.
Lo que sabemos sobre él en Noruega es banal. Él está destrozado por una rabia interior. Se opone a los musulmanes. Se opone a los diferentes tipos de personas reunidas en una sociedad multicultural. Detesta las ambiciones de la globalización y está dispuesto a atacar la idea misma de la modernidad. Él es un Don Quijote de sangre fría, con inclinación hacia las personas que viven y respiran.
Lo tenía todo bien planeado. En la superficie, había poco o nada que indicará lo que estaba a punto de suceder. Después de ser arrestado, se le informó que describiese sus acciones como "atroces, pero necesarias". Había iniciado su propia guerra para "despertar" a sus compatriotas. Quería llevarla a cabo de manera uniforme y quería a la audiencia para convertir una jornada en la que podría actuar y trasmitir su mensaje. 
Tal vez él se imaginaba que con el tiempo, se convertirá en el héroe que "salvó" a Noruega. O tal vez se conformará con ser incluido en el Salón de la Fama de los monstruos de la humanidad.
Podríamos preguntarnos si lo que esperábamos, era un brutal acto de terrorismo, no cometidos por personas que han secuestrado a la fe islámica y que dicen actuar en nombre de la religión, acaso un hombre con un motivo diferente a los políticos y religiosos. Un extremista de derecha, un nacionalista con los elementos del fundamentalismo cristiano.
Se podría decir que lo que ocurrió en Noruega es un regreso espectral de la mentalidad de Übermensch que era la marca del nazismo de Hitler, que ocuparon y torturaron Noruega durante la segunda guerra mundial.
Por lo menos ahora sabemos una cosa que no podríamos haber sabido antes de ayer: la gente puede encontrar la justificación de los actos de terrorismo en todos los contextos religiosos, políticos e ideológicos. Ahora sabemos que los que decían que el terror es siempre sinónimo de la fe islámica se equivocaron.
Dista de muchas maneras la Noruega idílica, el país con el petróleo y la riqueza, se ha expuesto repentinamente a la banalidad del mal.
Puede ser imposible defendernos por completo a nosotros mismos y a nuestro país en contra de estas acciones, pero tenemos que intentarlo. Hay que defender la sociedad abierta, porque si empezamos a bloquear las puertas, si dejamos que el miedo decida, la persona que cometió el acto de terrorismo va a ganar, inyectando el miedo en nuestra comunidad. Como Franklin D. Roosevelt declaró: "Lo único que debemos temer es al miedo mismo".
Por mucho que el joven noruego trate de justificar sus acciones, siempre habrá algo que no podamos entender: lo que pasa por la mente de una persona que regresa con un arma de fuego en contra de una mujer joven o a un hombre que no conoce y aprieta el gatillo.
Este tipo de actos de barbarie no tiene nada humano. Eso es lo que hace que este acto de barbarie sea tan inhumano.

Henning Mankell es el creador de la serie de novelas negras del detective Kurt Wallander publicadas por Tusquets Editores.

Este artículo fue modificado el 26 de julio de 2011. El original dice que Eichmann había sido comandante de los temidos campos nazis. En ralidad, Eichmann era el encargado general del plan para exterminar a los Judios, y estaba a cargo de la logística y la coordinación.

Este artículo lo obtuve del diario: The Guardian del día 25 de julio de 2011, fue escrito por Henning Mankell, y ha sido traducido por Francisco Javier Santos Peña y Santiago Peña Domingo (http://elsecretodesurviago.blogspot.com/), espero que sea de vuestro agrado. 

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