El noruego de 32 años
de edad, que ha confesado haber matado a más de 70 personas, solicitó dos cosas
para su comparecencia ante el tribunal: que quería ponerse un uniforme, y también,
que la audiencia sea abierta.
Ello hace que lo
sucedido sea más complicado. Parece que el hombre que cometió este horrible
crimen ha desarrollado una agenda política para defender sus acciones. No puede
definirse simplemente como un "loco", es algo más. Él se considera un
soldado y piensa que tiene algo importante que expresar.
La pregunta es, ¿qué?
Quizás podemos
encontrar la respuesta en un libro que el filósofo judío-alemán Hannah Arendt
escribió durante un juicio en Israel en 1961 sobre Adolf Eichmann. Para
aquellos que no recuerden el caso, Eichmann había sido el nazi temido que no
dudó en llevar a cabo las órdenes que recibió sobre el exterminio en masa de
los Judios, gitanos y otras personas mentalidad diferente a la de Hitler, las
cuales, deberían ser eliminados de la faz de la tierra. Él había estado huyendo
desde que la Alemania nazi se disolvió en la primavera de 1945, pero fue
capturado por agentes del Mossad en Argentina y llevado en secreto a Israel.
Fue condenado a muerte y posteriormente ejecutado en la horca.
En su libro Eichmann en Jerusalén: Un informe sobre la banalidad del mal,
Arendt trata de comprender la mente de las personas que están dispuestos a
matar indiscriminadamente a sus compañeros humanos sin remordimiento y empatía.
A menudo son personas normales que aman sus jardines y jugar con sus perros y
sus hijos. Nadie en la calle sospecha que sean un asesino trastornado.
Lo que sabemos sobre él en Noruega es
banal. Él está destrozado por una rabia interior. Se opone a los musulmanes. Se
opone a los diferentes tipos de personas reunidas en una sociedad
multicultural. Detesta las ambiciones de la globalización y está dispuesto a
atacar la idea misma de la modernidad. Él es un Don Quijote de sangre fría, con
inclinación hacia las personas que viven y respiran.
Lo tenía todo bien planeado. En la
superficie, había poco o nada que indicará lo que estaba a punto de suceder.
Después de ser arrestado, se le informó que describiese sus acciones como "atroces, pero necesarias".
Había iniciado su propia guerra para "despertar"
a sus compatriotas. Quería llevarla a cabo de manera uniforme y quería a la
audiencia para convertir una jornada en la que podría actuar y trasmitir su
mensaje.
Tal vez él se imaginaba que con el tiempo, se convertirá en el héroe que "salvó" a Noruega. O tal vez se conformará con ser incluido en el Salón de la Fama de los monstruos de la humanidad.
Tal vez él se imaginaba que con el tiempo, se convertirá en el héroe que "salvó" a Noruega. O tal vez se conformará con ser incluido en el Salón de la Fama de los monstruos de la humanidad.
Podríamos preguntarnos si lo que
esperábamos, era un brutal acto de terrorismo, no cometidos por personas que
han secuestrado a la fe islámica y que dicen actuar en nombre de la religión, acaso
un hombre con un motivo diferente a los políticos y religiosos. Un extremista
de derecha, un nacionalista con los elementos del fundamentalismo cristiano.
Se podría decir que lo que ocurrió
en Noruega es un regreso espectral de la mentalidad de Übermensch que era la marca del nazismo de Hitler, que ocuparon y torturaron
Noruega durante la segunda guerra mundial.
Por lo menos ahora sabemos una cosa
que no podríamos haber sabido antes de ayer: la gente puede encontrar la
justificación de los actos de terrorismo en todos los contextos religiosos,
políticos e ideológicos. Ahora sabemos que los que decían que el terror es siempre
sinónimo de la fe islámica se equivocaron.
Dista de muchas maneras la Noruega
idílica, el país con el petróleo y la riqueza, se ha expuesto repentinamente a
la banalidad del mal.
Puede ser imposible defendernos por
completo a nosotros mismos y a nuestro país en contra de estas acciones, pero
tenemos que intentarlo. Hay que defender la sociedad abierta, porque si
empezamos a bloquear las puertas, si dejamos que el miedo decida, la persona
que cometió el acto de terrorismo va a ganar, inyectando el miedo en nuestra
comunidad. Como Franklin D. Roosevelt declaró: "Lo único que debemos temer es al miedo mismo".
Por mucho que el joven noruego trate
de justificar sus acciones, siempre habrá algo que no podamos entender: lo que
pasa por la mente de una persona que regresa con un arma de fuego en contra de
una mujer joven o a un hombre que no conoce y aprieta el gatillo.
Este tipo de actos de barbarie no tiene
nada humano. Eso es lo que hace que este acto de barbarie sea tan inhumano.
Henning
Mankell es el creador de la serie de novelas negras del detective Kurt
Wallander publicadas por Tusquets Editores.
Este
artículo fue modificado el 26 de julio de 2011. El original dice que Eichmann
había sido comandante de los temidos campos nazis. En ralidad, Eichmann era el
encargado general del plan para exterminar a los Judios, y estaba a cargo de la
logística y la coordinación.
Este
artículo lo obtuve del diario: The Guardian del día 25 de julio de 2011, fue
escrito por Henning Mankell, y ha sido traducido por Francisco Javier Santos
Peña y Santiago Peña Domingo (http://elsecretodesurviago.blogspot.com/), espero que sea de vuestro agrado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario