Una
familia polaca llega un día al barrio en el que vive Laura, en un pequeño
barrio humilde y trabajador situado en Getafe. Ella es una chica normal, que no
destaca por nada excepto por el hecho de que le gusta escribir, en ese momento
decide escribir un libro narrando todo lo que la ocurre.
Pero
un día caminando por el barrio junto a sus amigas Andrés las defiende ante unos
compañeros un tanto violentos, será ahí cuando descubra que le gusta la forma
de ser de su nuevo vecino es entonces cuando, de forma disimulada, a través de
las conversaciones con su vecino descubra otra realidad muy diferente, en la
que se mezclan, pequeños barcos, grandes ríos y una malvada banda de mafiosos
inmersos en el tráfico de algo que se esconde en unas misteriosas cajas.
Lorenzo
Silva narra en esta primera parte de la Trilogía de Getafe las vivencias de
Laura además del pasado de Andrés, todo ello lo narra ella a través de la
escritura de un pequeño libro que, al mismo tiempo, también es un diario de la
realidad en la que se mueve en su barrio, también en su vecindario cuando llega
la nueva familia inmigrante. Pero también desvela las ganas de la joven por
saber qué hay más allá de Madrid, cómo es de verdad Varsovia o el rio Vístula
de los que tanto habla su vecino, que se vieron obligados a dejar atrás. En definitiva
una pequeña novela que nos descubre que en realidad, nuestros pequeños baches
no son nada comparado con aquellos que deciden aventurarse en un país
diferente, también que debemos comprender lo diferente y no excluirlo y
marginarlo e incluso que no debemos temerlo por ese mismo hecho.
Recomendado
para aquellos que les gusten la forma realista que tiene Silva de narrar las
andanzas de los personajes, en esta novela es un claro reflejo de la sociedad
actual. También para aquellos que les gusten las novelas juveniles que hablen
de los sentimientos y pensamientos que se cruzan en la mente de un adolescente.
Y por último para aquellos que quieran descubrir la vida desde otro punto de
vista, el de un chica que no duda en ser crítica con todo lo que la rodea.
Extractos:
Recorrimos el último tramo del
canal, hasta el estrecho paso donde terminaba el Vístula Muerto y empezaba el
Báltico. El Cormorán surcó deprisa aquellos metros finales y entró en el mar
sin contemplaciones. La brisa marina se infiltraba ahora hasta el último rincón
y en unos pocos minutos, los que tardamos en salir del abrigo del puerto,
sentimos también el movimiento de aquellas aguas, tan diferente del movimiento
del Vístula. Por fortuna, el mar estaba sereno. Otra sensación era el frío, que
rápidamente nos iba calando. Desde donde estábamos, tras los dos hombres que
nos vigilaban, podíamos ver la costa de Gdańsk, que se alejaba poco a poco.
Como había apostado Yusúpov, nadie nos salió al paso. El Cormorán se escurrió
mar adentro con la misma limpieza con que lo habría hecho el pájaro del que
llevaba el nombre, y mientras Polonia y cualquier posibilidad de ayuda quedaban
atrás, toda la tripulación callaba. Mi padre estaba hundido en sus
pensamientos, que debían ser de culpa por no haber querido ver lo que Mijaíl le
había advertido. Mijaíl miraba el techo con amargura, lamentando en el fondo de
su corazón haber acertado en aquellas sospechas que había tenido desde el
principio acerca de los rusos. Jan no
salía de su asombro y Jakub observaba con su odio imposible de disimular a los que
nos apuntaban. Stanislaw, rompiendo aquel mutismo, trató de levantarnos el ánimo:
—Recuérdame que nunca vuelva a reírme
de ti, camarada Mijaíl. Por cierto, ¿también aciertas números de lotería?
Editorial: Destino / Anaya
Autor: Lorenzo SilvaPáginas: 240/496
Precio: 23 euros / 8,90 euros
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