Anatomía
de un instante
Javier
Cercas
Tejero
lo comprendió bien: no es sólo que los tres protagonistas del golpe fueran
profundamente distintos y actuaran a impulsos de motivaciones políticas y
personales distintas; es que cada uno de ellos perseguía un golpe distinto y
que en la noche del 23 de febrero los dos generales trataron de usar el golpe
concebido por el teniente coronel para imponer el suyo: Tejero estaba contra la
democracia y contra la monarquía y su golpe quería ser en lo esencial un golpe
similar en el fondo al golpe que en 1936 intentó derribar la república y
provocó la guerra y después el franquismo; Milans estaba contra la democracia,
pero no contra la monarquía, y su golpe quería ser en lo esencial un golpe
similar en la forma y en el fondo al golpe que en 1923 derribó la monarquía
parlamentaria e instauró la dictadura monárquica de Primo de Rivera, es decir
un pronunciamiento militar llamado a devolverle al Rey los poderes que había
entregado al sancionar la Constitución y, quizá tras una fase intermedia, a
desembocar en una junta militar que sirviese de sustento a la Corona; por
último, Armada no estaba contra la monarquía ni (al menos de manera frontal o
explícita) contra la democracia, sino sólo contra la democracia de 1981 o
contra la democracia de Adolfo Suárez, y en lo esencial su golpe quería ser un
golpe similar en la forma al golpe que llevó a la presidencia de la república
francesa al general De Gaulle en 1958 y en el fondo a una especie de golpe
palaciego que debía permitirle desempeñar con más autoridad que nunca su
antiguo papel de mano derecha del Rey, convirtiéndole en presidente de un
gobierno de coalición o concentración o unidad con la misión de rebajar la
democracia hasta convertirla en una semidemocracia o en un sucedáneo de
democracia. El golpe del 23 de febrero fue un golpe singular porque fue un solo
golpe y fueron tres golpes distintos: antes del 23 de febrero Armada, Milans y
Tejero creyeron que su golpe era el mismo, y esta creencia permitió el golpe;
durante el 23 de febrero Armada, Milans y Tejero descubrieron que su golpe era
en realidad tres golpes distintos, y este descubrimiento provocó el fracaso del
golpe.
Eso fue lo que ocurrió, al menos desde el punto de vista político; desde el punto de vista personal lo que ocurrió fue todavía más singular: Armada, Milans y Tejero dieron en un solo golpe tres golpes distintos contra tres hombres distintos o contra lo que para ellos personificaban tres hombres distintos, y esos tres hombres —Suárez, Gutiérrez Mellado y Carrillo: los tres hombres que habían cargado con el peso de la transición, los tres hombres que más se habían apostado en la democracia, los tres hombres que más tenían que perder si la democracia era destruida— fueron precisamente los tres únicos políticos presentes en el Congreso que demostraron estar dispuestos a jugarse el tipo frente a los golpistas. Esta triple simetría forma también una extraña figura, quizá la figura más extraña de todas las extrañas figuras del 23 de febrero, y la más perfecta, como si su forma sugiriese un significado que somos incapaces de captar, pero sin el cual es imposible captar el significado del 23 de febrero.
Eso fue lo que ocurrió, al menos desde el punto de vista político; desde el punto de vista personal lo que ocurrió fue todavía más singular: Armada, Milans y Tejero dieron en un solo golpe tres golpes distintos contra tres hombres distintos o contra lo que para ellos personificaban tres hombres distintos, y esos tres hombres —Suárez, Gutiérrez Mellado y Carrillo: los tres hombres que habían cargado con el peso de la transición, los tres hombres que más se habían apostado en la democracia, los tres hombres que más tenían que perder si la democracia era destruida— fueron precisamente los tres únicos políticos presentes en el Congreso que demostraron estar dispuestos a jugarse el tipo frente a los golpistas. Esta triple simetría forma también una extraña figura, quizá la figura más extraña de todas las extrañas figuras del 23 de febrero, y la más perfecta, como si su forma sugiriese un significado que somos incapaces de captar, pero sin el cual es imposible captar el significado del 23 de febrero.
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