Reina
Lucía
En
aquel momento, en el instante preciso en que se estaban repartiendo las
sorpresas navideñas, el sonido de los villancicos se oyó desde el exterior, y
Lucía hizo una mueca cuando el Buen rey Wenceslao miró fuera. Cuando el paje y
el rey cantaban sus estrofas, las otras voces se tornaban más suaves, así que
el efecto era de un solo acompañado. Cada vez que el paje cantaba, Lucía se
estremecía.
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