La monotonía
La tarde en casa,
ríos de aburrimiento.
Tarde veraniega.
Imaginó que escribí esto en uno de esos días en los que no hay nada que hacer y en cambio te apetece hacer de todo. Uno de esos días tan iguales a cualquier otro en el que no cambia nada, excepto tus pensamientos, los cuales vagan movidos por las neuronas imaginando como perder o ganar el tiempo de alguna forma. Pero todo se queda ahí, inamovible, imperturbable e inevitable. Nada cambia en esos días.
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