Llega enero y con el más premios literarios. Como todos los años el Nadal (la 67 edición) llega como un regalo más de los Reyes Magos, una sorpresa que no viene envuelta en papel de regalo pero es de calidad.
Este año el premio ha sido para Alicia Giménez Bartlett bajo el pseudónimo Mariló Llorach y titulado Cita con el destino.
Su novela, Donde nadie te encuentre trata sobre la persecución de Teresa Plá Meseguer, –conocida como “La pastora” por su oficio– por el aparato franquista después de echarse al monte con los maquis en 1949. Conducen la acción un psiquiatra francés y un periodista los cuales van en la busca de un ser escurridizo y torturado, el cual tiene un rara forma de hermafroditismo. Incorporada al maquis en la partida de Juan Ramón Delicado en 1949 tras un intento de violación, tomó los alias de Teresot y Durruti. Fue detenida en 1960 en el Pirineo de Lérida bajo el nombre y la personalidad de Florencio, pasó 17 años en la cárcel. Conocida como “el maquis hermafrodita”, murió en 2004.
El premio está dotado de 18.000 euros y la ganadora se ha impuesto a doscientos ochenta y cuatro candidatos. El jurado compuesto por Germán Gullón, Lorenzo Silva, Andrés Trapiello, Ángela Vallvey y Emili Rosales. Las novelas participantes han llegado desde Francia, Estados Unidos, México, Escocia… La ceremonia se celebra en el Hotel Ritz de Barcelona.
Extracto:
Barcelona, septiembre de 1956
Carlos Infante observó con satisfacción que el cielo era claro y soleado aquella mañana. Cualquier otro día le hubiera dado exactamente igual el tiempo que hiciera. Bastaba con llevar un paraguas si llovía o ponerse su viejo gabán si hacía frío. Pero aquel lunes era especial en cierto modo, o al menos podía serlo. En su vida monótona, en la vida monótona de todos los españoles, una simple cita inesperada podía convertirse en un acontecimiento singular. Y él tenía a las doce una cita que, de tan inusual, se le antojaba casi imposible. Había pensado en la posibilidad de que se tratara de una estúpida broma de alguno de sus compañeros periodistas, de una equivocación, de un malentendido. Pero no, el matasellos indicaba claramente que el sobre provenía de París. Leyó la carta una vez más mientras desayunaba café en su oscura cocina.
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