Isabella Swan o Bella como prefieren que la llamen regresa a Forks, el pequeño pueblo en el que vivía con sus padres antes de separarse. Allí se encontrara con un chico de voz agradable llamado Edward pero este no puede ser ni siquiera amigo de ella, lo que la hace sentirse mal.
Conforme avanza la novela nos cuenta sus preocupaciones, sus errores y su relación con Edward, sobretodo cuando descubre que él es un vampiro y que su vida siempre corre riesgo a su lado, el entorno refleja los sentimientos de la protagonista pues casi siempre esta nublado y los pocos días de sol la familia de los Cullen desparecen para su pesar, además de crear un halo de misterio a su alrededor.
Meyer nos narra una historia de misterio pero sobre todo de amor, de pasión frente a lo desconocido, de lucha frente a lo que parece imposible vencer, de compresión frente a los problemas de ambos protagonistas. La historia transcurre in crescendo, conformes vamos leyendo la novela nos damos cuenta de las difíciles pruebas que tendrán que superar para llegar a poder estar juntos.
Recomendado para todos aquellos que quieran leer una atípica historia de amor sobrenatural, también a aquellos que les guste las novelas en las que el protagonista cuenta como se siente desde el primer momento, siempre de forma sincera y precisa. Y por último para aquellos a los que creen que las historias de vampiros siempre son de la misma forma.
Extractos:
Jacob ya había bajado. Su amplia sonrisa era visible incluso en la oscuridad. En el asiento del copiloto se sentaba un hombre mayor, corpulento y de rostro memorable…, un rostro que se desbordaba, las mejillas llegaban casi hasta los hombros, las arrugas surcaban la piel rojiza como las de una vieja chaqueta de cuero. Los ojos, sorprendentemente familiares, parecían al mismo tiempo demasiado jóvenes y demasiado viejos para aquel ancho rostro. Era el padre de Jacob, Billy Black. Lo supe inmediatamente a pesar de que en los cinco años transcurridos desde que lo había visto por última vez me las había arreglado para olvidar su nombre hasta que Charlie lo mencionó el día de mi llegada. Me miraba fijamente, escrutando mi cara, por lo que le sonreí con timidez. Tenía los ojos desorbitados por la sorpresa o el pánico y resoplaba por la ancha nariz. Mi sonrisa se desvaneció.
Me había desvelado y permanecí con los doloridos ojos abiertos, incluso cuando la noche terminó al fin y amaneció detrás de un pico de escasa altura en algún lugar de California. Haces de luz gris poblaron el cielo despejado, hiriéndome en los ojos, pero no podía cerrarlos, ya que en cuento lo hacía, se me aparecían las imágenes demasiado vividas, como diapositivas proyectadas desde detrás de los parpados; y eso me resultaba insoportable. La expresión desolada de Charlie, el brutal rugido de Edward al exhibir los dientes, la mirada resentida de Rosalie, el experto escrutinio del rastreador, la mirada apagada de los ojos de Edward después de besarme por última vez... No soportaba esos recuerdos, por lo que luché contra la fatiga mientras el sol se alzaba en el horizonte.
Editorial: Alfaguara
Autor: Stephenie Meyer
Páginas: 512
Precio: 17, 95 euros
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